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domingo, 29 de diciembre de 2024

Juegos Mentales en el Cine Lunar

 Con dolor amniótico corroído, desplazando
en la mejor platea del actor, o, mejor dicho, del popcorn,
con una pierna exhausta que cruza el umbral del olvido,
como si fuera un arácnido elocuente de un aficionado,
cansancio de tiras cómicas tullidas.
El rompecabezas de las cosas exhibe su edén amado,
apurando sin ganas la emoción cinematográfica
como un alfil solitario declamando su estrategia final.
Las vicisitudes de la vida avanzan con su iris terco y sombrío,
liberando espectros que la pasión teje en el crepúsculo del ser,
temblorosa, encadenada a su legado de hierro, sin fin.
Lunar insulin spills from her icy gaze!
embelesada por los enigmas emblemáticos y sus juegos mentales,
acudiendo, atravesando, escudriñando los rincones de la oscuridad,
danzando la secuencia nocturna, un libreto desvanecido entre sueños,
pero que guarda mucha semejanza con un cielo fosforescente que admiro.
Ivette Mendoza Fajardo




sábado, 28 de diciembre de 2024

El día del letargo interlineado y su spam

 El día del letargo interlineado y su spam
inicia su órbita, descifrando intuitivamente los Windows,
mientras resortes desgastados susurran, laboriosamente,
devorando la riqueza de una burguesía opulenta.
En la letanía del salpullido sacrosanto, una danza
de ondas concéntricas se desborda en espiral, ofreciendo un vislumbre monostrófico.
El sistema entona su tic-tac, eco digital en la vastedad nocturna.
 
"¡Brilliant move, Steve Jobs!", exclamo sorprendida, cuando
las palabras que aún estremecen mi pecho se energizan,
mientras el silencio desvela enigmas sinoviales.
El amanecer de un nuevo año según Pascal,
"Sé que el calendario ha vuelto a tambalearse",
contemplo bajo la presión tenue de un antivirus desvanecido,
el tacto cardinal de su luna usurera.
 
Narradora de este espectáculo digital,
custodio memorias refráctales, emociones de eras pasadas
que generan un idilio monetario.
"Debo sembrar los campos para cosechar un socialismo enraizado", pienso,
mientras la disonancia de un crepúsculo sereno
sustenta nuestras memorias colectivas, marcadas y profundas.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 26 de diciembre de 2024

Curvímetros del Amanecer

 Ascenso jubiloso, entre moléculas de éxtasis, timbrado
amor cifrado en corpiño de decímetros vibrantes,
bajo un séquito que se tiñe de rojo, curvímetro espacial
anuncia la metamorfosis de aves en ninfas celestiales
de un cosmos en perpetua transformación...
Serpefulgores sacrílegos centellean,
entre las manecillas ancestrales que reinventan el luto,
sobre horas coloreadas en la red cósmica cardiopulmonar;
ignorando los votos que exigen ofrendas primitivas.
Danza disonante de albores distorsionados, chiste bronquial
enlazados, irrevocables, dolor crepuscular
que surge al desgarrar la vista de la vastedad que se levanta,
esbozando arácnidos de luz en el velo de circuitos,
donde tacones y tules murmuran vanidades al vacío,
mientras la primera luz desintegra la esencia coral, impulsada en el páramo
de emociones fragmentadas, en coyunturas radiales curvilíneas
dejando atrás el cadalso de una luna desmadejada en su resignación...
"Can you feel the pulse of this digital heart beating through the cosmic web?"
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 25 de diciembre de 2024

Aullidos Mesiánicos y Caricias Samurái

 Fue modulando — aullido mesiánico, caricia samurái,

itinerario fractal de mariposas en espirales de neón,
amplitud de émbolos, cicatrices en fuego virginal— síncopas,
nos desintegra en siluetas de códigos errantes,
un llanto polemista, pixelado;
marchamos hacia naciones no cartografiadas de solsticios fracturados,
en rondas despestañadas — amor encriptado, penitencias difractadas, dolor cuántico.
 
Como Sor Juana Inés de la Cruz, como Dante solían
caminar en el celaje de los páramos:
Inés, poética, sabia y perspicaz; Dante, lleno de enigmas,
bebían el elíxir de sus silencios pendolarios...
"Can we ever outrun the shadows of our own deeds?"
Fue así, improvisando nuestra plegable
perplejidad ante querellas del recatado espacio en gentilezas purificadas,
la expresión puntual de la fuga rebosante en propulsión a chorro,
y el inexplicable beso silogístico que somatiza la espera del légamo machado.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 23 de diciembre de 2024

Desde el Periscopio del Lazarillo: Visiones y Batallas

 Chimango. Los halcones del Lepanto
ondulan sus banderines. Surge una llamarada
de cómica pretensión entre las alas hegelianas
y los hierros nivelados del laúd americano.
La mar latifundista en furia reclama,
devora un espesamiento casual.
Se levantan los soles salmistas, emboquillados,
y las cruces, intransigentemente fanatizadas, desconfían.
El viento dicotómico se ensordece con maldiciones
ante el trueno malsín rojo de las carabinas resignadas.
El Lazarillo de Tormes sostiene el periscopio en sus manos
y, con la resonancia clara de campanas antiguas, va guiando
su manto visionario como si fuera su tercer ojo;
aún de pie, guía el universo pegajoso del amor,
esparciendo su fiero corazón de oro profético.
Serenísimo, contempla las malvas purificadoras.
El carromato falcónido, su actual refugio,
clava con su pico vengador el alma,
atraviesa todo hasta el rauco deber—
la cabeza feroz de ruborosa valentía.
Al frente, en el firmamento, el halcón americano,
con alas gangosas embrolladas en un impulso escueto,
alienta a los cíclopes con ojos níveos de la mañana reciclada
de navíos torpedistas, y advierte continuar en una batalla astrolábica
contra un vacío rebotado en manchas lúgubres.
"As the storm's roar fades, does the cry of the falcon
still resonate with you?"
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 21 de diciembre de 2024

Vestigios del Torrente Seductor

 Algunos mundos muertos ya no imitan:

sus oscuros motivos nos comprimen.
Litigan, entierran sus garras luctuosas,
y se desvanecen, eclipsados de esplendor.
Mis lozanías barnizadas ostentan;
ostentan mis recreos, picarescos, en reticular aprieto.
Se adueñan del torrente seductor,
sellan con torpeza roja los fragmentos del destierro.
Al tanteo, intranquilos, que ascienden por un pretil,
quedan despojados de su esternón;
la señal truculenta se deshace entre sus dedos.
De sus teorías marchitas de falsedades, exudo el veneno
de sus palabras fracturadas, tintadas de ilusionismos góticos.
De sus investiduras discordantes, aquí estoy; de su agilidad, mi ocaso.
Ante la ventana de discordia, con el delfín conciliatorio, se presenta
una vestimenta globular de panda nervuda, y derribo otra ventana de discordia.
Entre párrafos, me imitan las comadrejas del arcoíris;
entre párrafos, mis estertores heladizos avanzan hacia el zócalo imparcial.
De mis despojos sin auxilio radial, relumbran iconográficamente.
Sus palabras mullidas caen como cenizas calientes,
quemando lo que tocan, evocando el tacto y la sensación de mi dolor.
Despojo este jolgorio de carátulas fallidas, como un embrollo anochecido, y aún
más, los dados de mis símbolos corroídos, jadeantes, rebosan.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 17 de diciembre de 2024

Del Olvido al Firmamento Numulítico

 Sea de colágeno la idea elástica de la piedra errática,
sobre la que se puede deducir que no hay estela hilada hacia
lo profano, que es lamedura de olvido sobre el olvido
magro y clandestino.
Para el virgo sueño de lo inútil. Dócil lira, descalza al acecho.
Cobija poliéster sobre el mutismo biogenético. Literatura infiel
en paradigmas dactilográficos. Llegó en la noche ensangrentada.
Borrasca y vehemencia en el tercer ojo. Leve consuelo de una canción
añeja sobre el viento que choca contra las aguas volátiles del alma.
Perlas del poniente que penetran más allá de un corazón inyectable
de fantasías romanas,
y se incrustan en el silencio pitonazo y en la metáfora saltanejosa.
Poema zodiacal de rimas, tipografiado de lágrimas vellosas y vacilantes.
Sé vocero de leves amaneceres. Velocidad del equilibrio, arrepiéntete.
Y en cada época, dadivoso, razona tu ternura. Mírame, quiéreme
hasta incendiar las horas de pamplinas y que no turben los sentidos
solares.
De amar, de amor, el firmamento numulítico perece adolorido
de peligro en hontanar marmolado de irrealidad.
La vida, sin temor a la perpendicular del cielo agujereado de símbolos
enigmáticos, se incendia sin remedio.
"Is there an astral melody in the chaos of eroded memories,
or do we only hear the silence running in our illusions?"
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 16 de diciembre de 2024

Concavidades y Estrafalarios

 Era cóncava la verdad y estrafalaria la mentira.
Un enternecer silencioso entre cabriolas y violín.
La grandilocuencia de una caricia hexagonal.
Un soplido impertinente de la furia gibosa.
Era la mano que hace explotar las palabras, las enmudece,
y nunca obedece al embrollo lexicográfico.
Como de manera pegajosa distrae lo que sucede, sin saber
que en su vanidad acéfala es solo la oficiosidad
de la pena que, al caer al fondo de un barril, huye de sí misma.
Menaje orondo es la melindrosa memoria del ser,
el hálito que platica dulcemente con el papagayo.
Osmosis de agua ósea que dispersa calcio
en polvo y vuelve a ser agua de sarcófago.
Suena una llamarada en falda adormecida y
deja de ser explotadora desusada y cabalgante.
Pero el ojo deseable ignora que la huida es dilación,
y tanta mazmorra de prisa libera la diéresis dentada...
Y no sabe que es la gramática dichosa de una castidad disgustada,
que la luna efusiva del espanto, en un año luz, evapora.

Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 15 de diciembre de 2024

Polen Sináptico

 Heridas deshilachadas en la aurora falcónida de su ser emergen,
como tus mejillas florecientes en un cielo sin anochecer bruno,
repletas de estrellas bífidas, chispeantes entre polen sináptico
dentro de su crujiente y oxidado acontecer.
 
Persistencia feroz que retumba en este instante mío,
como una torcedura piramidal, zumbando con traviesa maldad sin brillo.
Sílfide espacial de susurros subcutáneos,
que se evapora de sí misma, saturada de palabras
susurradas en la dulzura atómica del ocaso, obedeciendo al mandato
de restaurar el equilibrio donde murmuran esplendores ermitaños del ayer.
 
Juegas a tatuar el origen del mundo con el corazón afrodisíaco del hombre,
y la obsesión del cosmos es ese instante envuelto en
melancolías psíquicas de atomicidad compleja,
con las que delinean la vida del garfio golpista: fibras
melódicas y majestosas al servicio de la humanidad
en su istmo histórico, donde resuena un día en la eterna tranquilidad.
 
Anclada en tus arrumacos, presta mi alma a la refriega
casual de tu vuelo aún insatisfecho, vibrando con cada batir.

Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 12 de diciembre de 2024

Pestaña de Luz y Sombra

 Una pestaña de silencio barroco se desliza simultáneamente,
alada y reflexiva en el costado vibrante de rápidas cosquillas.
En los primeros parpadeos, ¿no siente también miedo a la luz? Luego, sonriente,
inocente y esculpida con rostro de versos, ilumina con fervor
una pegajosa geometría donde se posa en la memoria
cinematográfica de arañas sanadoras.
 
Asciende por el sol, el rey de debates resonantes,
desvelando adjetivos despreciados;
en el círculo de la noche tibia y densa,
busca una realidad verbosa e insospechada que, desde su
figura monástica, disuelve su indeciso existir.
 
Pestaña serena, colorida, ¿camina en puntillas hacia qué sueños?
Hacia el rescate de un frío platino,
constante y auténtica, insólita y recordada, ahora
percibe el vigor amortiguado de las almas que, con su frescura,
no provocan la oscuridad desdichada del rencor.
 
Pestaña equilibrada en la era de la perfección, a mil grados
centígrados de su agitación, reclama la perpetuidad multiplicada
de culpas y en las virtudes del sonido meticuloso que alberga
en su pecho, como un adorno enrejado en la mancha fluida del beso,
vacío de penumbras, pronuncia su último discurso de certezas juradas
en las ranuras sutiles de la intransigencia. ¡Oh, pestañas que se transforman
desde adentro para renovar su inspiración poética! Pestaña léxica de sabor único,
¿quién más podría desafiar miedos en la manivela de un beso tan acusador?
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 10 de diciembre de 2024

Encrucijadas de Látex y Latitud

 Sabias, las murallas lactantes cavilan dolorosamente
ante mi memoria oculta, en una visión hazañosa de salvedad.
Cada lado voluble de esta meditación díptera huye de mis manos febriles,
como una distancia sollozada que porta un vano olvido,
fenecido dentro de congojas gelatinosas, sulfúricamente.
 
En el plano de su maquinación modular de ideas, se desvían
de su centro oblongo, circundado por un globo terráqueo de latitud benevolente.
¡Oh, globo neurálgico y nevado! Sufres al lado de tu plateada soledad,
interdental en su leve peso.
"Who marks the hours within that aged sphere of unresolved reality,
burping only reflections?"
Lo que es transparente lo es consigo mismo, como el rostro de una
encrucijada que guía un instinto condenado a observar el relato
imperioso de dudas hormonales en el recreo del látex fracasado.
 
Monociclo de silencio ambiguo y catálogo trimestral del sueño
arquitectónico que recibe al vacío bien congelado de ilusiones
inermes, llora campante, confundido y sonante, blasfemando
la infección contorsionista en el colirio de ayer.
Apatía de cuernos macarrónicos en coquetos malabares
deambula por las calles de ojerosas paciencias y en la lejanía
se pierde para reclamar caminos de pegajosas perseverancias.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 9 de diciembre de 2024

Retrato de un Alma Agolpada

 Nervio segador, oscuro de aflicción, que
observa de improviso el vacío metódico y porfiado;
tú, noctívago, sombreas
entre lingotes de gritos, proyectando tu mansedumbre al infinito,
recibiendo las tempestades brunas y lentas de otras eras.
Y, en tu senectud sórdida de llanto, un miramar de comprensión
ágil, que regresa a contrafuego, te embarca como
un alma de canto agolpada —
controvertida entre magnolias alfabetizadas
de huesos marchitos y salobres.
Seniles, añiles y nocturnas,
agitando la idea demacrada de labios apóstatas,
donde la angustia llueve desde un árbol bilabiado.
¡Ay, serpenteante espuma del placer,
bramas ese instante que se vierte vertical y atareado,
mientras en macabro efecto te deleitas!
Por cada milenio y muchos más, configuras
huecos de clemencia en pesadillas ochavadas de misterios,
jalados hacia el oeste por un corazón destejido cabalgante;
y hoy por hoy,
la cleptomanía de la tarde nómada se remuele en su propia angustia,
¡Ah!, alma de nervio segador, cavilando por esas brechas que consumen
la falacia de tu furia intempestiva.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 7 de diciembre de 2024

Cantos del Mundo Manso

 A manera de tamango sinrazón,
una aventura matinal fatigada silba y gotea
la argumentativa necesidad.
En su alma sedienta, horas claras le anuncian;
en un motivo rencoroso, la niebla de belleza tibia
se rebela, aventurándose a explorar placeres con sabores afligidos.
Las ausencias trabadas por el estallido del asfalto
en el ultramar de días embrollados,
ahuecados, escapan insatisfechos,
y donde el manso mundo termina,
canoro, retrocediendo por dentro de sí mismo,
llenando veredas resonantes con estío hacia la vida.
Rizado, deprisa, adelgazándose en la fuente enemiga,
su fuerza aterida, la sinrazón, dudosa de delirio, es igualmente
acotable.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 2 de diciembre de 2024

Longevidad militarizada, paradójicamente

 Longevidad militarizada, paradójicamente,
parcheando su continuidad en las almohadas del olvido.
Un hongo de tregua, vacío y rígido, bebe sediento los relojes del amor
tras las cortinas del viento, y van resonando
sus escalofríos guturales, axiomáticamente.
Los cueros cabelludos, revestidos de pinos y cedros, en sus recién nacidas
jornadas, perfuman violetas inciertas, esparciendo
las sales del mar como pecados de inocencia virginal y divina.
Las escamas de literatura ancestral enfrentan tempestades
de escarmientos selectivos. Mientras tanto, las venas
de la inmortalidad tropiezan con calma contra la viruta
trascendental de un hollín en cuernos sumisos.
Aún más, la bellota del destino inhala la mixtilínea
melancolía que brama con arrogancia en el frío
de gaviotas desarregladas.
 
¡Allí me detengo, en la ovulación moribunda de horas paganas!
Espumas cetáceas en los dientes del milenio se aman
mutuamente, enfrentándose en las revoluciones del alma
de una tarde comprimida y tardía.
What shadows linger in the whispers of forgotten time?
¡Oh, labios salinos en balas de salva, besad y luego vivid!
Los disfraces de una amistad ancestral; la ionósfera sostiene sus sueños
mientras exhalan espadas de carne y huesos universales.
Ivette Mendoza Fajardo