Poemas Abstractos, Poesías, Poeta Nicaraguense Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz), Nicaragua, Managua América Central, sacuanjoche, Poemas Contemporaneos, Poemas
domingo, 29 de diciembre de 2024
Juegos Mentales en el Cine Lunar
Con dolor amniótico corroído, desplazando
sábado, 28 de diciembre de 2024
El día del letargo interlineado y su spam
El día del letargo interlineado y su spam
inicia su órbita, descifrando intuitivamente los Windows,
mientras resortes desgastados susurran, laboriosamente,
devorando la riqueza de una burguesía opulenta.
En la letanía del salpullido sacrosanto, una danza
de ondas concéntricas se desborda en espiral, ofreciendo un
vislumbre monostrófico.
El sistema entona su tic-tac, eco digital en la vastedad
nocturna.
"¡Brilliant move, Steve Jobs!", exclamo
sorprendida, cuando
las palabras que aún estremecen mi pecho se energizan,
mientras el silencio desvela enigmas sinoviales.
El amanecer de un nuevo año según Pascal,
"Sé que el calendario ha vuelto a tambalearse",
contemplo bajo la presión tenue de un antivirus desvanecido,
el tacto cardinal de su luna usurera.
Narradora de este espectáculo digital,
custodio memorias refráctales, emociones de eras pasadas
que generan un idilio monetario.
"Debo sembrar los campos para cosechar un socialismo
enraizado", pienso,
mientras la disonancia de un crepúsculo sereno
sustenta nuestras memorias colectivas, marcadas y profundas.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 26 de diciembre de 2024
Curvímetros del Amanecer
Ascenso jubiloso, entre moléculas de éxtasis, timbrado
amor cifrado en corpiño de decímetros vibrantes,
bajo un séquito que se tiñe de rojo, curvímetro espacial
anuncia la metamorfosis de aves en ninfas celestiales
de un cosmos en perpetua transformación...
Serpefulgores sacrílegos centellean,
entre las manecillas ancestrales que reinventan el luto,
sobre horas coloreadas en la red cósmica cardiopulmonar;
ignorando los votos que exigen ofrendas primitivas.
Danza disonante de albores distorsionados, chiste bronquial
enlazados, irrevocables, dolor crepuscular
que surge al desgarrar la vista de la vastedad que se levanta,
esbozando arácnidos de luz en el velo de circuitos,
donde tacones y tules murmuran vanidades al vacío,
mientras la primera luz desintegra la esencia coral, impulsada en
el páramo
de emociones fragmentadas, en coyunturas radiales curvilíneas
dejando atrás el cadalso de una luna desmadejada en su
resignación...
"Can you feel the
pulse of this digital heart beating through the cosmic web?"
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 25 de diciembre de 2024
Aullidos Mesiánicos y Caricias Samurái
Fue modulando — aullido mesiánico, caricia samurái,itinerario fractal de mariposas en espirales de neón,
amplitud de émbolos, cicatrices en fuego virginal— síncopas,
nos desintegra en siluetas de códigos errantes,
un llanto polemista, pixelado;
marchamos hacia naciones no cartografiadas de solsticios
fracturados,
en rondas despestañadas — amor encriptado, penitencias
difractadas, dolor cuántico.
Como Sor Juana Inés de la Cruz, como Dante solían
caminar en el celaje de los páramos:
Inés, poética, sabia y perspicaz; Dante, lleno de enigmas,
bebían el elíxir de sus silencios pendolarios...
"Can we ever
outrun the shadows of our own deeds?"
Fue así, improvisando nuestra plegable
perplejidad ante querellas del recatado espacio en gentilezas
purificadas,
la expresión puntual de la fuga rebosante en propulsión a chorro,
y el inexplicable beso silogístico que somatiza la espera del
légamo machado.
Ivette Mendoza Fajardo
amplitud de émbolos, cicatrices en fuego virginal— síncopas,
nos desintegra en siluetas de códigos errantes,
un llanto polemista, pixelado;
marchamos hacia naciones no cartografiadas de solsticios fracturados,
en rondas despestañadas — amor encriptado, penitencias difractadas, dolor cuántico.
caminar en el celaje de los páramos:
Inés, poética, sabia y perspicaz; Dante, lleno de enigmas,
bebían el elíxir de sus silencios pendolarios...
"Can we ever outrun the shadows of our own deeds?"
Fue así, improvisando nuestra plegable
perplejidad ante querellas del recatado espacio en gentilezas purificadas,
la expresión puntual de la fuga rebosante en propulsión a chorro,
y el inexplicable beso silogístico que somatiza la espera del légamo machado.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 23 de diciembre de 2024
Desde el Periscopio del Lazarillo: Visiones y Batallas
Chimango. Los halcones del Lepanto
ondulan sus banderines. Surge una llamarada
de cómica pretensión entre las alas hegelianas
y los hierros nivelados del laúd americano.
La mar latifundista en furia reclama,
devora un espesamiento casual.
Se levantan los soles salmistas, emboquillados,
y las cruces, intransigentemente fanatizadas, desconfían.
El viento dicotómico se ensordece con maldiciones
ante el trueno malsín rojo de las carabinas resignadas.
El Lazarillo de Tormes sostiene el periscopio en sus manos
y, con la resonancia clara de campanas antiguas, va guiando
su manto visionario como si fuera su tercer ojo;
aún de pie, guía el universo pegajoso del amor,
esparciendo su fiero corazón de oro profético.
Serenísimo, contempla las malvas purificadoras.
El carromato falcónido, su actual refugio,
clava con su pico vengador el alma,
atraviesa todo hasta el rauco deber—
la cabeza feroz de ruborosa valentía.
Al frente, en el firmamento, el halcón americano,
con alas gangosas embrolladas en un impulso escueto,
alienta a los cíclopes con ojos níveos de la mañana
reciclada
de navíos torpedistas, y advierte continuar en una batalla
astrolábica
contra un vacío rebotado en manchas lúgubres.
"As
the storm's roar fades, does the cry of the falcon
still resonate with you?"
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 21 de diciembre de 2024
Vestigios del Torrente Seductor
Algunos mundos muertos ya no imitan:sus oscuros motivos nos comprimen.
Litigan, entierran sus garras luctuosas,
y se desvanecen, eclipsados de esplendor.
Mis lozanías barnizadas ostentan;
ostentan mis recreos, picarescos, en reticular aprieto.
Se adueñan del torrente seductor,
sellan con torpeza roja los fragmentos del destierro.
Al tanteo, intranquilos, que ascienden por un pretil,
quedan despojados de su esternón;
la señal truculenta se deshace entre sus dedos.
De sus teorías marchitas de falsedades, exudo el veneno
de sus palabras fracturadas, tintadas de ilusionismos
góticos.
De sus investiduras discordantes, aquí estoy; de su
agilidad, mi ocaso.
Ante la ventana de discordia, con el delfín conciliatorio,
se presenta
una vestimenta globular de panda nervuda, y derribo otra
ventana de discordia.
Entre párrafos, me imitan las comadrejas del arcoíris;
entre párrafos, mis estertores heladizos avanzan hacia el
zócalo imparcial.
De mis despojos sin auxilio radial, relumbran
iconográficamente.
Sus palabras mullidas caen como cenizas calientes,
quemando lo que tocan, evocando el tacto y la sensación de
mi dolor.
Despojo este jolgorio de carátulas fallidas, como un
embrollo anochecido, y aún
más, los dados de mis símbolos corroídos, jadeantes,
rebosan.
Ivette Mendoza Fajardo
Litigan, entierran sus garras luctuosas,
y se desvanecen, eclipsados de esplendor.
Mis lozanías barnizadas ostentan;
ostentan mis recreos, picarescos, en reticular aprieto.
Se adueñan del torrente seductor,
sellan con torpeza roja los fragmentos del destierro.
Al tanteo, intranquilos, que ascienden por un pretil,
quedan despojados de su esternón;
la señal truculenta se deshace entre sus dedos.
De sus teorías marchitas de falsedades, exudo el veneno
de sus palabras fracturadas, tintadas de ilusionismos góticos.
De sus investiduras discordantes, aquí estoy; de su agilidad, mi ocaso.
Ante la ventana de discordia, con el delfín conciliatorio, se presenta
una vestimenta globular de panda nervuda, y derribo otra ventana de discordia.
Entre párrafos, me imitan las comadrejas del arcoíris;
entre párrafos, mis estertores heladizos avanzan hacia el zócalo imparcial.
De mis despojos sin auxilio radial, relumbran iconográficamente.
Sus palabras mullidas caen como cenizas calientes,
quemando lo que tocan, evocando el tacto y la sensación de mi dolor.
Despojo este jolgorio de carátulas fallidas, como un embrollo anochecido, y aún
más, los dados de mis símbolos corroídos, jadeantes, rebosan.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 17 de diciembre de 2024
Del Olvido al Firmamento Numulítico
Sea de colágeno la idea elástica de la piedra errática,
sobre la que se puede deducir que no hay estela hilada hacia
lo profano, que es lamedura de olvido sobre el olvido
magro y clandestino.
Para el virgo sueño de lo inútil. Dócil lira, descalza al
acecho.
Cobija poliéster sobre el mutismo biogenético. Literatura
infiel
en paradigmas dactilográficos. Llegó en la noche
ensangrentada.
Borrasca y vehemencia en el tercer ojo. Leve consuelo de una
canción
añeja sobre el viento que choca contra las aguas volátiles
del alma.
Perlas del poniente que penetran más allá de un corazón
inyectable
de fantasías romanas,
y se incrustan en el silencio pitonazo y en la metáfora
saltanejosa.
Poema zodiacal de rimas, tipografiado de lágrimas vellosas y
vacilantes.
Sé vocero de leves amaneceres. Velocidad del equilibrio,
arrepiéntete.
Y en cada época, dadivoso, razona tu ternura. Mírame,
quiéreme
hasta incendiar las horas de pamplinas y que no turben los
sentidos
solares.
De amar, de amor, el firmamento numulítico perece adolorido
de peligro en hontanar marmolado de irrealidad.
La vida, sin temor a la perpendicular del cielo agujereado
de símbolos
enigmáticos, se incendia sin remedio.
"Is
there an astral melody in the chaos of eroded memories,
or do we
only hear the silence running in our illusions?"
Ivette
Mendoza Fajardo
lunes, 16 de diciembre de 2024
Concavidades y Estrafalarios
Era cóncava la verdad y estrafalaria la mentira.
Un enternecer silencioso entre cabriolas y violín.
La grandilocuencia de una caricia hexagonal.
Un soplido impertinente de la furia gibosa.
Era la mano que hace explotar las palabras, las enmudece,
y nunca obedece al embrollo lexicográfico.
Como de manera pegajosa distrae lo que sucede, sin saber
que en su vanidad acéfala es solo la oficiosidad
de la pena que, al caer al fondo de un barril, huye de sí
misma.
Menaje orondo es la melindrosa memoria del ser,
el hálito que platica dulcemente con el papagayo.
Osmosis de agua ósea que dispersa calcio
en polvo y vuelve a ser agua de sarcófago.
Suena una llamarada en falda adormecida y
deja de ser explotadora desusada y cabalgante.
Pero el ojo deseable ignora que la huida es dilación,
y tanta mazmorra de prisa libera la diéresis dentada...
Y no sabe que es la gramática dichosa de una castidad
disgustada,
que la luna efusiva del espanto, en un año luz, evapora.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 15 de diciembre de 2024
Polen Sináptico
Heridas deshilachadas en la aurora falcónida de su ser
emergen,
como tus mejillas florecientes en un cielo sin anochecer
bruno,
repletas de estrellas bífidas, chispeantes entre polen
sináptico
dentro de su crujiente y oxidado acontecer.
Persistencia feroz que retumba en este instante mío,
como una torcedura piramidal, zumbando con traviesa maldad
sin brillo.
Sílfide espacial de susurros subcutáneos,
que se evapora de sí misma, saturada de palabras
susurradas en la dulzura atómica del ocaso, obedeciendo al
mandato
de restaurar el equilibrio donde murmuran esplendores
ermitaños del ayer.
Juegas a tatuar el origen del mundo con el corazón
afrodisíaco del hombre,
y la obsesión del cosmos es ese instante envuelto en
melancolías psíquicas de atomicidad compleja,
con las que delinean la vida del garfio golpista: fibras
melódicas y majestosas al servicio de la humanidad
en su istmo histórico, donde resuena un día en la eterna
tranquilidad.
Anclada en tus arrumacos, presta mi alma a la refriega
casual de tu vuelo aún insatisfecho, vibrando con cada
batir.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 12 de diciembre de 2024
Pestaña de Luz y Sombra
Una pestaña de silencio barroco se desliza simultáneamente,
alada y reflexiva en el costado vibrante de rápidas
cosquillas.
En los primeros parpadeos, ¿no siente también miedo a la
luz? Luego, sonriente,
inocente y esculpida con rostro de versos, ilumina con
fervor
una pegajosa geometría donde se posa en la memoria
cinematográfica de arañas sanadoras.
Asciende por el sol, el rey de debates resonantes,
desvelando adjetivos despreciados;
en el círculo de la noche tibia y densa,
busca una realidad verbosa e insospechada que, desde su
figura monástica, disuelve su indeciso existir.
Pestaña serena, colorida, ¿camina en puntillas hacia qué
sueños?
Hacia el rescate de un frío platino,
constante y auténtica, insólita y recordada, ahora
percibe el vigor amortiguado de las almas que, con su
frescura,
no provocan la oscuridad desdichada del rencor.
Pestaña equilibrada en la era de la perfección, a mil grados
centígrados de su agitación, reclama la perpetuidad
multiplicada
de culpas y en las virtudes del sonido meticuloso que
alberga
en su pecho, como un adorno enrejado en la mancha fluida del
beso,
vacío de penumbras, pronuncia su último discurso de certezas
juradas
en las ranuras sutiles de la intransigencia. ¡Oh, pestañas
que se transforman
desde adentro para renovar su inspiración poética! Pestaña
léxica de sabor único,
¿quién más podría desafiar miedos en la manivela de un beso
tan acusador?
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 10 de diciembre de 2024
Encrucijadas de Látex y Latitud
Sabias, las murallas lactantes cavilan dolorosamente
ante mi memoria oculta, en una visión hazañosa de salvedad.
Cada lado voluble de esta meditación díptera huye de mis
manos febriles,
como una distancia sollozada que porta un vano olvido,
fenecido dentro de congojas gelatinosas, sulfúricamente.
En el plano de su maquinación modular de ideas, se desvían
de su centro oblongo, circundado por un globo terráqueo de
latitud benevolente.
¡Oh, globo neurálgico y nevado! Sufres al lado de tu
plateada soledad,
interdental en su leve peso.
"Who
marks the hours within that aged sphere of unresolved reality,
burping only reflections?"
Lo que es transparente lo es consigo mismo, como el rostro
de una
encrucijada que guía un instinto condenado a observar el
relato
imperioso de dudas hormonales en el recreo del látex
fracasado.
Monociclo de silencio ambiguo y catálogo trimestral del
sueño
arquitectónico que recibe al vacío bien congelado de
ilusiones
inermes, llora campante, confundido y sonante, blasfemando
la infección contorsionista en el colirio de ayer.
Apatía de cuernos macarrónicos en coquetos malabares
deambula por las calles de ojerosas paciencias y en la
lejanía
se pierde para reclamar caminos de pegajosas perseverancias.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 9 de diciembre de 2024
Retrato de un Alma Agolpada
Nervio segador, oscuro de aflicción, que
observa de improviso el vacío metódico y porfiado;
tú, noctívago, sombreas
entre lingotes de gritos, proyectando tu mansedumbre al
infinito,
recibiendo las tempestades brunas y lentas de otras eras.
Y, en tu senectud sórdida de llanto, un miramar de
comprensión
ágil, que regresa a contrafuego, te embarca como
un alma de canto agolpada —
controvertida entre magnolias alfabetizadas
de huesos marchitos y salobres.
Seniles, añiles y nocturnas,
agitando la idea demacrada de labios apóstatas,
donde la angustia llueve desde un árbol bilabiado.
¡Ay, serpenteante espuma del placer,
bramas ese instante que se vierte vertical y atareado,
mientras en macabro efecto te deleitas!
Por cada milenio y muchos más, configuras
huecos de clemencia en pesadillas ochavadas de misterios,
jalados hacia el oeste por un corazón destejido cabalgante;
y hoy por hoy,
la cleptomanía de la tarde nómada se remuele en su propia
angustia,
¡Ah!, alma de nervio segador, cavilando por esas brechas que
consumen
la falacia de tu furia intempestiva.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 7 de diciembre de 2024
Cantos del Mundo Manso
A manera de tamango sinrazón,
una aventura matinal fatigada silba y gotea
la argumentativa necesidad.
En su alma sedienta, horas claras le anuncian;
en un motivo rencoroso, la niebla de belleza tibia
se rebela, aventurándose a explorar placeres con sabores
afligidos.
Las ausencias trabadas por el estallido del asfalto
en el ultramar de días embrollados,
ahuecados, escapan insatisfechos,
y donde el manso mundo termina,
canoro, retrocediendo por dentro de sí mismo,
llenando veredas resonantes con estío hacia la vida.
Rizado, deprisa, adelgazándose en la fuente enemiga,
su fuerza aterida, la sinrazón, dudosa de delirio, es
igualmente
acotable.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 2 de diciembre de 2024
Longevidad militarizada, paradójicamente
Longevidad militarizada, paradójicamente,
parcheando su continuidad en las almohadas del olvido.
Un hongo de tregua, vacío y rígido, bebe sediento los
relojes del amor
tras las cortinas del viento, y van resonando
sus escalofríos guturales, axiomáticamente.
Los cueros cabelludos, revestidos de pinos y cedros, en sus
recién nacidas
jornadas, perfuman violetas inciertas, esparciendo
las sales del mar como pecados de inocencia virginal y
divina.
Las escamas de literatura ancestral enfrentan tempestades
de escarmientos selectivos. Mientras tanto, las venas
de la inmortalidad tropiezan con calma contra la viruta
trascendental de un hollín en cuernos sumisos.
Aún más, la bellota del destino inhala la mixtilínea
melancolía que brama con arrogancia en el frío
de gaviotas desarregladas.
¡Allí me detengo, en la ovulación moribunda de horas
paganas!
Espumas cetáceas en los dientes del milenio se aman
mutuamente, enfrentándose en las revoluciones del alma
de una tarde comprimida y tardía.
What
shadows linger in the whispers of forgotten time?
¡Oh, labios salinos en balas de salva, besad y luego vivid!
Los disfraces de una amistad ancestral; la ionósfera
sostiene sus sueños
mientras exhalan espadas de carne y huesos universales.
Ivette Mendoza Fajardo
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