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sábado, 12 de agosto de 2017

Cielo y tierra



Cielo y tierra.
Espejo o metal  intuyendo
la sordera de la noche.
Luz o modernidad de gárgolas
masticando los secretos ecos.
Murmullos en la puerta virginal. Alba de retinas.
Aurora de pestañas. Engendro del sol.
Indescriptibles neuronas soterraron el valor
mientras aquellos activaban  
las galeras y el tiempo.
En cada eclipse
la eterna pompa del fuego.
Danzas de bailarinas bifocales
bajo todo el periscopio del cielo.
Metodología cubriendo sus huellas.
Protestan los indiferentes.
De pasa mano las metrópolis.
Lo virtual es lo real.
La meningitis de los días.
El horizonte menopaúsico.
La sangre que gotea escasa.
El junco jurisdiccional y cardíaco
es algo apelativo.
No saber juzgar
No saber mandar
Mandíbula mandataria
no manda creencia.
La verdad aunque duela, la verdad.
Pulcra pulcritud se aviene a soñar.
Punteado límite con mala puntería.
El semáforo maldito y bendito.
La parábola del sol tiene rasgos
de no rigidez y capitulación.
Solo lo uterino cielo y tierra,
luna o cenzontle.

Ivette Mendoza

viernes, 11 de agosto de 2017

La reconciliación de la noche



La reconciliación de la noche.
Amar
amar
cómo toca los recuerdos la canción.
Amar
amar
en un lecho ensoñado.
Amar
amar
el fruto, la vida y la caricia imaginada.
Amar
amar
el beso como lluvia entrecortado.
Amar
amar
ahí llega enfurecido como una ola.
Ivette Mendoza

jueves, 10 de agosto de 2017

Barniz, burbuja, esmeralda

Barniz, burbuja, esmeralda,
caricia y metal
el amargo olor de un galán despierto.

Ni más ni menos el retrato
de un rostro sin forma
que nadie puede perseguir.

Barniz, burbuja y esmeralda
la roja corbata de seda:
Las blancas cortinas de la oficina
el ruido de los teclados
que saben solo a café.

Ya no reflejan amor las cuatro paredes
tan solo papeles reciclados.

Barniz, burbuja, esmeralda,
para decir verdad
solo el momento para mantenernos vivos.
 Ivette Mendoza


miércoles, 9 de agosto de 2017

La luna estridente



La luna estridente.
Ah luna enamorada, dormida
aromática, amorosa
tierna, distraída
sobre la mar húmeda transparente.

Sol de girasoles solitarios
perdidos. Corazón, corazón llama mundo
lleva llama siempre por la cola
el éxtasis rotundo.
Soles solsticios trotamundos.

Fruto, resina, amaranto,
cuna del santo. Y mirar y mirar hacia al mar
con mi cuerpo de espanto
rio quieto de azahar y desear.
Larga vida, maracas y cantar.

Rosa pavorosa y sufrida,
piernas torneadas, corceles tropeles
Ah cabalgaban perdidos, cabalgaban
en su rosa incomprendida
oprimida, entre todos los papeles. 
Ivette Mendoza