La luna estridente.
Ah luna enamorada, dormida
aromática, amorosa
tierna, distraída
sobre la mar húmeda transparente.
Sol de girasoles solitarios
perdidos. Corazón, corazón llama
mundo
lleva llama siempre por la cola
el éxtasis rotundo.
Soles solsticios trotamundos.
Fruto, resina, amaranto,
cuna del santo. Y mirar y mirar
hacia al mar
con mi cuerpo de espanto
rio quieto de azahar y desear.
Larga vida, maracas y cantar.
Rosa pavorosa y sufrida,
piernas torneadas, corceles tropeles
Ah cabalgaban perdidos, cabalgaban
en su rosa incomprendida
oprimida, entre todos los papeles.
Ivette Mendoza