Sábanas divinas
en su orgasmo cósmico
blancas son las mariposas.
Gemido embriagado del
elíxir eterno desciende
por donde nace el verbo
y con un rayo de sol,
brilla tu sonrisa.
Nuestros corazones rebosan
dentro de un ensueño astral
y navegamos más allá de la luz
y ya no somos dos,
sino tan solo uno.
Ivette Mendoza