Por aquí andaba viviente,
colgado
en el árbol de la vida.
Sacro, sapiente, dormido crecía
en los troncos persas.
Sacro, sapiente, dormido crecía
en los troncos persas.
Una mañana de musgos para la senda
del hombre que descifra el propósito
del alma en la cima de la gran
roca del tiempo.
Quién mira de cerca, quién sigue
Quién mira de cerca, quién sigue
el trayecto de la luz cuando
cimbra
el cuerpo que levita, cuándo
palpita el corazón
que quiere o cuándo los labios
se mueven
al decir te amo.Ivette Mendoza