Dentro de una obra teatral
acontece la amenaza del mundo 
en el libreto interesante de 
una tal dialéctica de ficción. 
Y cómo una liebre perseguida, 
recorre trecho a trecho y
cansa en la forma más risible
a su encuentro con la racionalidad.
Apenas abre una escena entre
lo físico y lo invisible porque
es protagonizada por un ave
macho-hembra que vuela
por los cielos sin ninguna pasión.
La ubicación y la exactitud
de su valor es más siniestra 
bajo los rayos del sol.
Ivette Mendoza
