Una pestaña cósmica
La pestaña obediente se halla despierta,
soñando su violeta con pétalos gimiendo.
Una quimera le guarda en el recuerdo,
porque sonríe en el iris, así incierta.
Un nopal peregrino, ansioso, amanecido,
un maquillaje colorea el patín de la
alborada;
sombras de ojos sobre el poniente verdecido
han acariciado el bello rostro de la
madrugada.
El rulo sideral en melena de astro apagado,
que libera el azahar en maquillajes
cósmicos,
una llama llorosa sutil, el broche que ha
quedado.
La pestaña y el nopal son almas que se
halagan
de ese ensueño de gozo que al universo
embriagan,
que derrama la paciencia de todo aquel que
ha amado.
Ivette
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