Órbita de la picazón
Liendre de inteligencia electrónica
y en órbita eminente de dulzura,
fue más inteligente cuanto más irónica
y más hermana cuanta más aventura.
Hasta en el lóbulo de la oreja resuena
y reverencia la cana emancipada
de una picazón de condena en la melena,
al cruzar cabezas, pelucas amigadas.
¡Oh, picadura! Dos dedos que te llevan
agonía,
pero sabes el lenguaje de la ciencia,
porque absorbes del cráneo con insolencia,
que por ser turbia y sonora eres eterna.
¡Una caspa, un monitor tiñoso te comería!
¡Cuero cabelludo nebuloso de caverna!
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© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
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