Un grito con las voces de la
historia
para recibir aplausos
parlamentarios,
para arrebatar el nocturno crimen
envuelto en la densa autocracia, que
al chocar con sus breves desahogos,
una pausa en su llanto impulsa un
milagro, un segundo sobre el agua.
Argumentos y murmullos que no
dicen nada, fuerte razonamiento de
la falacia, sangre arrebatada.
Fuego en el pensamiento de la luna
populista, trueno en su paso del
principio y su divisivo fin.
Demagogia, luz que inventa un
nicho junto al sol para latir en su
vientre lleno de pirañas.
Movimiento pacifista de las ninfas
cenicientas, en muto acuerdo y al
punto exacto de la maquinación
y excitación de sus masoquistas
dioses.
Allá se divisa el bienestar de una
estatua de sal con llovizna de ayes.
Amnistía de la célula barnizada,
pellizco anclado en su diplomacia
nos une en el sentido común, utópico
de idea.
Ivette Mendoza