Por unos
dólares más
Vendes tú
alma al diablo,
Su verde
toque tienta
Y abre las
fatuas puertas,
Insensatas,
alucinantes,
La tierra
fenecida,
Por unos
dólares más.
Por ese
cóncavo anhelo
Que parte al
alma en dos,
La desdicha
obtenida,
El dólar, el
verdor descorazonado,
La extraña
suerte,
La aurora
oscura,
Sacando la
garras,
Pintadas de
dulzura
Que navega
atrayente
Por el
bramido del mundo:
El Fondo
Monetario Internacional,
Con sus
colmillos profundos,
La elite
eclesiástica:
Con el
diezmo, con la colecta
Tontos,
tuertos, ciegos
En la
primera y última cosecha.
Por unas
cuantas monedas
Entre las
manos fuego,
Relumbra,
verde espada
Que nace de
la sangre
Y se
multiplica luego,
Truenos en
codicia
Entre el cielo
y el averno.
Por unos
dólares más
El mundo no
tiene paz.
Ivette
Mendoza
2014
MAR DE DÍA
Por un cabello soloparte sus blancas venas,
su dulce pecho bronco,
y muestra labios verdes,
frenéticos, nupciales,
la espuma deslumbrada.
Por un cabello solo.
Por esa luz en vuelo
que parte en dos al día,
el viento suspendido;
el mar, dos mares fijos,
gemelos enemigos;
el universo roto
mostrando sus entrañas,
las sonámbulas formas
que nadan hondas, ciegas,
por las espesas olas
del agua y de la tierra:
las algas submarinas
de lentas cabelleras,
el pulpo vegetal,
raíces, tactos ciegos,
carbones inocentes,
candores enterrados
en la primer ceguera.
Por esa sola hebra,
entre mis dedos llama,
vibrante, esbelta espada
que nace de mis yemas
y ya se pierde, sola,
relámpago en desvelo,
entre la luz y yo.
Octavio Paz, 1935