Relega la palabra flexuosa
Relega la palabra flexuosa, el borde regitivo.
Esa colina sinusoidal y evocativa bajo la escápula de
los amaneceres.
La gallofa florecida donde aprendí el encopado argot
de la primavera.
Olvidar el argumento que te envolvió en la oscuridad
de una mañana
que arrebató y moteó el aburrimiento de tu cuerpo,
exponiendo
duplicativamente su pregunta isóbara como
recalcando repuesta sin falanges sabihondas.
Y olvido el cataclismo del paraláctico mutis, el más
solo, el que aún
anidas sin lograr traspasar el indicio prosístico en
rebelión para
el argot articulado que jamás emponzoña tu inquietud.
Esta es la repulsión en tregua de tu infancia, en
tregua de tu infancia.
Aquí la zozobra se imagina más breve y el momento más
fortuito.
Y el valor de cambiar el reino luminoso que promueve
tu resuello.
Y tus sentimientos te llevan desde el fondo hasta la
cumbre,
y enseñan tu alma rodeada de senos, pechos, dolores,
dolores,
dolores, dolores y más….
Ivette Mendoza Fajardo