Implorar una alborada
¿Por qué implorar una alborada que jamás
despunta,
si el presente nos corroe con su viruela
implacable?
como cuando el éter es un constante cóctel
de toxinas demenciales,
y mojamos el tiempo solo para acelerar nuestro
ocaso.
Si en perpetuo lapso, la media luz nos
devorará,
estrangulando sueños, asolando anhelos.
El hoy que se evapora en su transitar
taciturno.
Nos doblegamos ante el cataclismo
inexorable.
El hoy que se arrepiente, elevando nuestras
súplicas,
dejando misivas desamparadas, espíritus enflaquecidos.
El hoy que cae como un cuentagotas en las
quimeras,
tal vez el porvenir es espejismo,
porque imaginar lo que será y lo que no
pudo ser
es intentar apresar el éter,
es puntear en el pergamino una pócima
inexistente.
To Implore a Dawn
Why implore a dawn
that never breaks,
if the present
corrodes us with its relentless pox?
As when the ether is a
constant cocktail
of demented toxins,
and we wet time just
to hasten our twilight.
If in perpetual lapse,
the half-light will devour us,
strangling dreams, and
laying waste to desires.
Today that evaporates
in its taciturn transit.
We bow before the
inexorable cataclysm.
Today those regrets,
raising our supplications,
leaving abandoned
missives, and emaciated spirits.
Today that falls like
a dropper on chimeras,
Perhaps the future is
a mirage,
for to imagine what
will be and what could not be
is to try to capture
the ether,
is to jot down on
parchment a non-existent potion.
Ivette Mendoza Fajardo