Sigue
creciendo la dulce margarita,
Posaba
marchita sedienta en un
Jardín
ignorado por la caducidad
Del
viento.
Brota
a luz para cantar sus verdades
Con
un anhelo erguido ante el
Desdén
de la soledad.
Es
margarita rosa que baila con su
Pétalos
rotos con la fuerza de Dios
Sobre
un imponderable círculo de
Fuego
que quema al ya marchitado
Vergel.
Y
sale avante de entre las cenizas
Su
alma con una nueva inextinguible,
Inmarcesible
y luminosa llama.
Ivette
Mendoza
2014