Mientras el cielo escupe arañas sobre mí
Entristecido corazón,
La luna se sonroja y lanza gritos de fuego.
Mi alma quiere tomar venganza y derribar
Las puertas del cielo, iré vestida de palabras
Que es mi traje de guerrera.
Hoy nada poseo más que el aire vigoroso
Que sale de mis labios y el espíritu invencible
Que viene de la nada.
Hay una conspiración de astros que se
Transfiguran en nostalgias y corroen mis
Huesos, pero yo me rio de sus misterios
Porque nacen de una fruta enmohecida.
La tierra con sus raíces tejen grandes océanos
De gomas de mascar donde día a día
Quedamos atrapados sin poder navegar.
El cielo me desliza hacia un rincón del universo
Y el sol me lanza una flecha de seda en
El pecho tan difícil de quitar.
Ivette Mendoza
2015