El amor siempre llega tarde o temprano
Porque mi hiperactivo corazón nunca cesa de soñar e
Imaginar.
Mis intuitivos ojos lo comprueban cuando mi vida
Cambia de tristeza a Felicidad.
Más aun hoy dentro de mis venas quema como
Fuego reteniendo su imagen energizada y
Multiplicándolo en el alma para entregarse
A tus apetitosos labios de carmín.
¡Oh dicha esperanzada! El amor nos va
Protegiendo con las manos juntas con su
Armadura blanca
Y al vuelo sublime del gozo nos levanta.
Ven amor, ven que de ti quiero beber
El néctar sustancioso para afrontar la
Inmisericordia del mundo con sus
Lianas retorcidas y su negra envoltura.
Y al sentir tan maravillosa dicha,
Esta siempre bendice
Los arboles de madroños que nos guarecen
Ivette Mendoza
2015