Vientre de la tierra y del mar,
Sueño del pez que emboza 
Mi destino con el fuego que 
Aviva la estancia.
Desde mi quietud poblada
Por las aguas me basta para
Dominar mi aliento que presiente
Diminutos universos en explosión.
La energía cósmica atada 
Intrínsecamente a mi cuerpo
En la cual una lágrima se energiza
En el Partenón de sus sonrisas.
Vientre de la tierra y del mar,
¿Cuántas golondrinas anidan en tu 
Boca?
Cada pluma la llevo dentro de mi alma
Como una obsesión que no se olvida
Solo para cruzar el tiempo terrenal.
Ivette Mendoza
2015
