Mi corazón ha escrito el poema
Que con los dedos no se pudo
Hacer por eso lo llamo el mago
De las letras con su instinto
Natural.
Los espíritus de los árboles
Están frescos y visibles
De horizonte a horizonte
Vuelan, asustan como
Están frescos y visibles
De horizonte a horizonte
Vuelan, asustan como
Errantes fantasmas luego
atraviesan mi habitación
atraviesan mi habitación
Y se van
Dejando su esencia
Dejando su esencia
En la silueta de mi sombra.
Me quedé perpleja
Ante la feroz voracidad
De tus besos que me llevó a
Deleitar el constelado vapor
De tu aroma.
Tu cuerpo cristalizado, sereno
Y pensativo ha quedado atrapado
En cada lágrima de mi acongojado
Corazón, por eso lo único que te ofrezco es
Que te regocijes en mis suaves quejidos.
Ivette Mendoza
2015
