Llevadero trono, de ciudad
solitaria
Cerca del mar sombrío,
El bien y el mal
Al repaso eterno, traspaso de
Mansión de cristal
Nada parecido a nosotros.
Luz ciega del santo
Luz negra del quebranto
Al repaso eterno, traspaso de
Mansión de cristal
Nada parecido a nosotros.
Luz ciega del santo
Luz negra del quebranto
Refleja ojiva de hormigas
dormidas,
Resignadas a vivir mantenidas.
Resignadas a vivir mantenidas.
Y en la cima del cielo velado
Se escucha un grito terrenal, disipado
Parecido al del parto adverbial
Que responde a una libertad
De jaula, como la de Paula
Como la mía, no. La tuya, la
vuestra
Eso demuestra que en el amor
Todo debe de estar en un
acuerdo
Testimonial.
Ivette Mendoza