Sauces llorones
En el cementerio,
Filas de sauces llorones,
Cuyos gestos y propósito
Son: carcajearse
De los vivos y los muertos.
Son humanos malignos, benignos
Así de verdes y hermosos
Dulces y amargos,
Son humanos malignos, benignos
Así de verdes y hermosos
Dulces y amargos,
Como tormento en
Sus desgajados rostros.
Son las doce de la noche
Sus desgajados rostros.
Son las doce de la noche
Lloran, se ríen
Y yo empiezo a temblar
Y yo empiezo a temblar
¡Ay mama, y yo aquí!
¿Por qué me dejaron entrar?
Son las doce de la noche
Son las doce de la noche
¿Por qué me dejaron entrar?
Los escucho reír y llorar
Son malignos, benignos
No da frutos,
Los escucho reír y llorar
Son malignos, benignos
No da frutos,
Tiempo de ir al baño, ¡oh no,
no!
Mi miedo ha mojado el césped.
Ivette Mendoza
Ivette Mendoza