Arribé al toque de la luz
naciente.
Las castañuelas emprenden su
danzar
Dejando emancipada la voz del corazón.
Dejando emancipada la voz del corazón.
Mientras la maraca al otro
lado del Atlántico
Toca entre palmeras y crecen
en muto acuerdo
Tan solo llega el piropear contemplando mí silencio.
Tan solo llega el piropear contemplando mí silencio.
Silencio dentro del
movimiento, al ritmo de tu ánimo
Y el mío, reprimido a veces,
repetitivo como el respirar.
Ivette Mendoza