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jueves, 11 de agosto de 2022

Algunas veces la rigidez de la exclamación se avienta

 

Algunas veces la rigidez de la exclamación se avienta
en forma de boliche estallando ¡Boom!
al pasado y al presente de modo brusco; como
francos pesares que envuelven de dogmas
la paz nereida de los mares en la finitud
de sus ojos cíclopes.
Repetición de espectros en la disonante
pretensión busca una llaga gentil que cambie
el rumbo de las cosas; de manera ajena
la seducción es una teoría que marca lo incompleto
de la vida con palabras enfriadas por la historia.
Otros destinos se enrollan al cuello de los cuervos
como un fuego liberado que asoma su cordura por
el tercer ojo de Poseidón.
Juegos juglares del cansancio inmortalizan alas rotas
¡Ah sueños que besan el calentamiento de la tierra!
Lingüística de linternas fieras enchufan
contradicciones resistiendo las embestidas del clima
en salivas de colmenas emotivamente para cohibir
melenudo encuentro ¿Para aterrorizar cambios
sorpresivos? Tabacos de la impaciencia caerán
como palomas amenazantes ¡Caramba que dicha!
O caerán, caerán como la guitarra moquillosa del
despecho 
¡Yuuujuu!

Ivette Mendoza Fajardo