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martes, 1 de abril de 2025

Gárgolas en mi Sueño Lúcido

 1982, mi hija emerge,
la vida se derrama en hemorragias sin fin.
El peso del cuerpo, ropa empapada en un océano de fatiga,
mi regreso a casa—
un umbral entre mundos.
 
¿Era el sueño el que me vencía, o la muerte susurrando?
F R Í O
atraviesa, de cintura a pies, un río helado.
Intento moverme,
¿parálisis? ¿presagio?
¿o el despertar en otro plano?
 
—Y entonces—
Ellas llegan.
Dos gárgolas, opacas—más negras que la noche,
ojos rubíes, brillantes suficientes para cegar.
Sus colas, lanzas listas para sentenciar.
 
Trepan la ventana,
jalan una a la otra,
burlas y azotes,
"Antes no te llevamos… ahora sí."
 
Mis pies, su objetivo.
Lucha desesperada, más feroz de lo imaginable,
las expulso
con fuerza desconocida.
 
Despierto, temblando,
el frío persiste.
¿Se han ido?
Todo se siente real, intenso, lúcido.
¿Están aún allí, esperando?
Grietas en el alma, grietas en la realidad.
Ivette Mendoza Fajardo