Fugacidad en Golpe de Gorrión
Fugacidad del osciloscopio que peina un
ansia,
en la era paleolítica, lo remite la
costumbre
de su enredo cristalino, para echar
discursos sabios.
Rebotando hizo de su reinado un sainete
de adjetivos que se escurren en la palma de
mis manos.
Vengo exhausta en la prosa de un texto
célebre
que me lanza a la odisea de desvelos
blancos.
Perdurable lumbre del collado desangrado
en el escaparate mental: terne silueta
por la plegaria de un pecho de inviernos
picadillos papandujos.
Nimiedades papanatas naturalizan la
cretírola
del cotorreo ululado, chaqueta del abismo
que escapa hacia la negación de uno mismo.
Naranjales machistas disfrazan de espuma
mi contorno amotinado, tenis dálmata.
Zarnívora voz me roe la hexalúa,
y con gluséntrico silencio me mastico.
¡Dextrosa engallada en la gabardina
de un golpe de gorrión!
Ivette Mendoza Fajardo