Sepultados con Nudillos de Arroba
Sepultados
con nudillos de arroba
en su
AutoCAD ceniciento, codificado en tus encillas,
celulados
en la angustia de archivos rotos, capitaneo
sobre
carreteras de íconos y discos duros vaciados.
Llevo paños
de verrugas zurdas, deleitando
la edad
extinta de cisternas desmoralizadas,
cepilladas
en la luz mórbida del cibercafé,
más lejos
aún donde el mar de sus reinicios, se cristaliza.
Hay aguas
del CPU clavadas en nervaduras
de
cortocircuitos: hoy ascienden a los nudillos del alfa
en una
tridimensión de computadoras alicaídas,
más
abrumadas que una prisión en estado de
meditación
suspendida.
¡Oh,
confitar el monitor autodestructivo
en el
inhalador de caracteres descongestionantes!
Destraba el
candado lacrado de tus ojos casamenteros,
esos que
lloran en bucles de software con sarna.
Catapulta
navegadora en la reparación final
de la
virtud repatriada —
con cadenas
de un GIF animado se inmola,
se calcina
en la cocinilla numérica del avestruz dormitivo,
donde la
notación del cigarro ya no responde,
y los
circuitos lloran el FORTRAN de su fin,
y quedó
desmemoriado en un bit cansado de su mundo.
Ivette
Mendoza Fajardo
