Al fin y al cabo
Al fin y al cabo, estoy aquí,
mi naturaleza baila más veloz que mi vacío,
y el amor no es un ave sin rumbo
a la que debo guiar cada instante.
Al fin y al cabo, estoy aquí,
mis anhelos, que son tuyos, descansarían
junto a ti,
y la pasión no sería un muro ciego
que ocultaría los abrazos que nunca te di.
Mis mañanas no serían ayeres truncados,
y mi boca, anegada de sombras,
aprendería a gritar "eres mi
aire"
y en la mitad del silencio, se erosiona.
De no haber cruzado tu mirada,
¿qué rincón de mi ser seguiría yermo,
yermo para siempre?
Ivette Mendoza Fajardo