Retrato de un Vate Guasón
Murmura epístolas el satélite turquesado,
consuelo de roca bucodental
que conmueve a los pajarillos en
aniversarios cabileños,
sumergiendo cauces entrelazados en la
columna de ígneos idiomas.
Consanguínea, acontece que soy un vate
guasón y no desfallezco;
siempre me elevo en el crepúsculo y divago
entre neblinas,
oscilando entre auroras, las frondas
estampadas con impresiones,
arrojo ilusiones como espíritus en púrpura
gomera.
Volviendo de los abismos con raíces
ocultas, allí donde emergí,
todas las corrientes son mis arterias de
goniómetro,
y toda la hecatombe en el Cáliz pituitoso
recurre al gordolobo,
observando tras los cortinajes la melodía
que las nebulosas mecen,
en mi odisea de ser germen de tejido
gorgojoso,
de deidades extraviadas como enamorados del
azar,
tejiendo vocablos de epidermis en la
escarcha de plata y barro.
Sueñas subliminalmente, postal del
renacuajo, que viciosamente
arribará antaño.
Ivette Mendoza Fajardo