Aguacero de Lágrimas Copiosas
El aguacero burbujeante se desliza
sobre conflictos matizados,
empapa textos de sollozos sutiles
mientras surca océanos de lágrimas
copiosas.
Elimina huellas impresas y, cual cono de
sombra,
nos descubre bajo un sol bifurcado,
agitando estandartes petrificados,
liberando amarras de vestuarios en
efervescencia febril.
Descarta el pasado saturado de demencia,
arrojado al contenedor de aflicciones,
cómo se arroja una esfera cósmica
al suelo, disipando un caleidoscopio en
formación.
Y una exhalación de aire retorna,
resonando,
delineando un vacío ilustre con gotas
escarlatas,
inmortalizando el título de pirañas
tempestuosas
de un vencedor entre los deleites
dominantes.
¡Supo existir, desapegado del ayer y el
mañana!,
persiste su agonía
ajustando cuentas, unido sólo a ese momento
del ser
que aquí se transforma, hacia nuevos
caminos,
tras el telón versado del esbozo de una
sonrisa sedosa.
Ivette Mendoza Fajardo