Related image

lunes, 8 de febrero de 2016

La noche cabal

La noche cabal tiende sus negros cabellos,
hojas de azafrán sobre su desnuda piel;
mieles en sus rizos donde se escuda fiel
con sus suaves colores, con dulces destellos.

Cuando de su tersura me escapo, ella me extraña,
sus mejillas de esperanzas a veces me alcanzan
y cuando me alcanzan me encuentran descalza
y me vuelve a sus caderas, a su retoñada danza.

La noche cabal tiende sus negros cabellos,
sobre su cabellera, los minutos memorizados,
y dentro de su alma, un paisaje virtualizado
con sus suaves colores, con dulces destellos.

Suele en su recreo alzar un relajante deseo
tan relajante , como una sinfonía de Orfeo
que deja en mis labios un sabor almizcle
y en su hálito humectado, un beso perfumado.
Ivette Mendoza

domingo, 7 de febrero de 2016

Tus aguas

Tus aguas,
el estrecho oceánico en que me pierdo
desconociendo los peligros que me acechan,
el mudo acordeón y mandolina
a la orilla de tu corazón ,el mío se encumbra
hacia la luz brotando en tus deseos,
mis manos sobre la moneda del embrujo
la cuadratura lunar de la marea
el desvelo del champagne que nos provoca
tormenta enfrente de mi frente
sinfonía y pulsera que llevo en el pie
sacían la intranquilidad de mi instinto.
Ivette Mendoza

Entre el poema

Entre el poema y la mansedumbre
es decir entre el sentimiento
y la palabra, entre lo tuyo y
lo mío, yo hilvanando un rayo de
luz desde el vientre de  Gaía
para posarme en la cúspide
del Olimpo como lo antagónico
del tiempo hacia la superficie
sutilísima de los Titanes.

¿Raptada por Pegaso?
cuánta cólera levantará
Poseidón dentro de las aguas
que hará tinieblas a Delfos
y a los delfines.
Pero el silencio me habita,
me habita el cielo y el mar
traspasaré su extremadísima
ira de astro explosivo, me
contemplará Homero en su
idílica odisea y mi sombra
neutralizará la fiereza de
cualquier huella que opaque
el verso,
entre tú y yo, el divino amor
con que se escribe.
Ivette Mendoza