Tus aguas,
el estrecho oceánico en que me
pierdo
desconociendo los peligros que me
acechan,
el mudo acordeón y mandolina
a la orilla de tu corazón ,el mío se
encumbra
hacia la luz brotando en tus deseos,
mis manos sobre la moneda del
embrujo
la cuadratura lunar de la marea
el desvelo del champagne que nos
provoca
tormenta enfrente de mi frente
sinfonía y pulsera que llevo en el
pie
sacían la intranquilidad de mi instinto.
Ivette Mendoza