En pleno mediodía, la danza de los pechos, con pezones
fugitivos.
De mentol, celosías de rio virgen, almanaque de maíz.
Pesadillas cafeinadas que sangran las hiperactivas
rodillas.
El chispazo de la ciencia, la combustión del mundo.
La cafeinada noche y sus largos desvelos, su
enloquecida
Brizna.
Necesidad de atraer los puntos cardinales con limadura
de
Hierro y a grito partido.
Explota un saco de torturas en cada arista zodiacal,no
resucita
La voz del consuelo.
Los días de la semana se vuelven guitarra que es canción
Que es cobija.
Un tatuaje en el corazón me hace recordar que tú estás
allí.
Pasa un alma rota por puertas peligrosas, se marchita
descrita
Sobre el papel.
En tu billetera solo aire cargas y lo gris de tu tristeza.
¿Dime dónde están esos corazones perfectos y sin
heridas?
La vida es como un campo de guerra, donde a fuerza
todos
Somos soldados combatiendo, salimos heridos o hay
heridas
Mortales.
Nacer con tranquilidad de estatua, se deteriora con el
tiempo.
Toda mi fortuna es un papel y lápiz donde escribo mis
poemas.
No puedo andar en tus zapatos o vestidos rotos y
manchados
Porque los míos van repletos de sucios y deshilachados.
En el mundo de perfección que nos persigue es
necesario
Tener un buen par de zapatos tenis para correrse mejor.
Ivette Mendoza