Tú, Poseidón
en tu último gemido aclamas a
la
promiscua noche con su orgásmica lava
para hacerme
tomar ese elixir Eros-astral
y que mis
ojos no busquen la vida carnal.
El oleaje
del mar no es un mito, es real,
Caracoles,
tridente, espuma, medusas
a como también
ninfas, Náyades reclusas
que alcahuetean
nuestro romance a plena
vista y luz
del día derramando solo tentaciones
como la erótica
luz subliminal de Atenas.
Hoy vivo
junto a ti en la morada de dioses
aunque a
veces siento la verdad reprimida,
voy escoltada por la fuerza de tus voces.