Asegurarse que la llama, llama 
Es aceptar que en el olvido, hubo olvido,
Busco al máximo que la rima suene así,
Pero la meta de sonarlo todo me reta.
Un velo cae al suelo con desvelo,
Al hacerse aire fluido sube al cielo
Haciendo ruido y Dios lo regresa
De nuevo a velo para cubrirse el pelo.
Esta es una idea loca que me puede
Salir de la boca a como también por los 
Pies y lo digo al revés.
Dentro de las necedades también hay
Novedades como pisar la brisa aprisa
Se torna eriza y no nos deja su sonrisa.
Pedro Peña vuelve enojado de las peñas
Y como todo un porfiado malcriado
Quería que las peñas fueran frías y juró 
Que nunca volvería.
 Ivette Mendoza
Catalépticos espejismos
 
Entre el vacilón y el miedo,
entre el acaso y el fracaso
Eres una encrucijada de
catalépticos espejismos 
Una incógnita salitre que
emanan las caracolas 
Una canción del acordeón fútil
que mata con muerte lenta
Y es vital que se guarde la escena
que se ha fijado
Y eres y no eres la fuerza
apagada del relámpago y su reflejo
Y eres y no eres el viejo
río que se ha secado sediento  
Y eres y no eres el que mordisquea
la mano que te da de comer
Y eres y no eres el reloj con
las horas disparejas
Y eres amargo vino
Y no eres amor mío.
Ivette Mendoza