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lunes, 6 de julio de 2015

Rezos de amor



Me hipnotizó con su mirada,
Robó mi corazón con sus palabras
¡Ay que atento era el muchacho!

Yo sentía un no sé que
Cada vez que me lo encontraba,
Hasta empezaba a temblar de
La emoción y mi corazón se
Aceleraba como un motor.

Se perfumaba con aroma siete machos
Y yo perdía la noción del tiempo,

Le gustaba caminar por
Los caminos polvorientos de Diriomo
Y me contaron por allí
Que me hacía la oración del puro,

¡Bandido, sinvergüenza!
Doscientos cincuenta córdobas
Pagaba donde las Palomitas
Y con razón yo andaba detrás del
Por eso lo veía hasta en la sopa,
Pero ricos eran sus besos
En aquellos matorrales.

Ivette Mendoza
2015