En su lucidez crepuscular
El madroño suelta su libertad
Aún más allá de sus fronteras
Y sus hojas meciéndose
al porvenir
Ante el cielo azul y blanco
Donde derrama su esencia
Sobre la tierra del pinol y
De lagos y volcanes.
Entre el aire y el dariano suspiro,
El cenzontle vuela sobre la hermandad
Del sueño.
Ivette Mendoza
2015