Agua, aire y tierra
Amenazando a la noche con un
Arma de fuego.
Se venden caminos falsos, se
cambian
Por falos aguerridos que gustan
las
Fiestas carnales.
La vida es una obsesión de
marionetas
Que aparentan ser la niña de
los ojos.
Un hombre de saco y corbata
Me seduce y de amor me mata.
Balear la triste realidad a
como
Otros han baleado el trabajo,
Es de sapiencia sombría.
A veces los ojos del alma
pierden
Su brillo.
Vivimos encarcelados entre
La distancia y el tiempo y no
hay
Escape ni rescate.
Hay sapos sapientes que
Al darles un beso te llevan
A disfrutar el sueño de la
locura.
Ivette Mendoza