Hay:
Un cielo ardiente con auroras místicas
En las montañas nevadas.
Un mar que tu voz ilumina por
donde nacen los peces
De colores y armonía exacta.
Una lágrima tan suave y dulce
como la brisa que
Humecta los días tropicales y
se esparce por siglos.
Un beso que se ha quedado solo
esperando
Tus labios y tu suspirar.
Un vergel en tu mirada donde
solo es primavera con
Su tercer ojo que lo entiende
todo.
Una tierra que por la noche
alarga el tiempo cuando
Tú y yo hacemos el amor.
Un correo electrónico al que
pronto tengo que
Responder que me devolverá al ensueño.
Ivette Mendoza