Informando la nueva ordenanza
de la tierra:
Una rebelión contra las gaviotas se desata
desde su jaula de infinito y
de espacio,
el resguardo que les puso los
soles del poniente;
el deseo inmutable de las aves
de seguir luchando,
todo y nada en el oleaje de las
noches ahorcadas.
Se quedaba el mundo sin
auroras aunque todavía
latía la abundancia de los
trigos de la luz a
la hora ceremonial de dos
luceros.
La lucha incesante en las huestes
del ensueño
la repentina posición militar
de los cosmos
en la contienda, echa su
primera triada de gorriones;
los fuertes bramidos que los
llaman a abdicar;
la cigüeña de los nervios de
acero se ha ido;
las flotas que emergen de los
mares,
regresan sin poder volar a
tomar su siesta.
Y en el pacífico trascendental
de la brisa, paz y guerra.
Ivette Mendoza