Paraíso de madrugada y rocío elfo
blanco, índigo, dorado acrisolado
como nubes de leche y miel
y soles de sedas y encajes.
y soles de sedas y encajes.
Aves de plumas fanales
con las orlas boreales de la lira,
Danubio para el cisne,
blancura para su imperio.
Esperanza de la estética,
anuncia una verdad real.
Un cielo de estalactita o
Tchaikovsky, el mensajero musical.
La evocación del céfiro
es un pomelo en nuestros labios.
Paraíso de madrugada y rocío elfo,
una Sílfide desde allí nos está mirando.
Ivette Mendoza