La refulgente madrugada
sus geniales colores, su mirada sin niebla
sus geniales colores, su mirada sin niebla
como murmullo su cuerpo y no
es más que
ensueño de las flores.
Premeditada lluvia, madrugada de invierno,
pétalos mojados, rojo dentro de lo rojo,
Premeditada lluvia, madrugada de invierno,
pétalos mojados, rojo dentro de lo rojo,
interminable todavía.
La refulgente madrugada cruje en la flama,
y en el cuarto horizonte parpadea de anhelo,
no hay agua despiadada ni viento tronchado.
La refulgente madrugada cruje en la flama,
y en el cuarto horizonte parpadea de anhelo,
no hay agua despiadada ni viento tronchado.
Ivette Mendoza