Busca al tiempo lo voraz de la mente
rigurosos laberinto y pilares oscuros
de la idea congelada y floreciente
se respaldaban en su excelsos muros.
Efímero desde la cúspide prominente
entre el longevo roble de las ataduras,
hoy campo reflexivo futurísticamente
ayer falaz anzuelo que dormía a oscuras.
Desde el cataclismo nunca lúcidamente
buscó hacer razón de fuego y rama
ni continuidad plasmada en criptograma.
Sólo al observar se atreve, tediosamente
veracidad e imaginación y nada en duda
escribir, hablar escribir en la hora muda.
Ivette Mendoza