Figureo del San Quintín
encima del Titanic suicida y malandrín
reconcilia el último párrafo lisonjero
de lo que ya fue amaestrado primero
de lo que anduvo errante entre la
gente
de lo que el cura echaba en la basura.
de lo que el cura echaba en la basura.
Una cosa que le era conocida como proverbio
una cosa que alborotaba a todas las mujeres,
las mantuvo así, ante la vanidad del
mundo:
con el figureo de mantenerlas
siempre juntas,
con la justicia de la ley que era más
que perdición
con las muchas avellanas, cidras y
manzanas
con el bacín donde guardaba la
pestilencia del dundo
con su difamada sotana, toda rota y desguazada.
Y se ríe, porque lleva el corazón
mancillado
Y se ríe, porque cae como gato panza
arriba
hacia al pecado.
En el naufragio de su barco
va su mala yerba como compañía
sin nadie que lo pueda socorrer
aturdido chatea maldito, polilla.
¡Ud. no es ungido ni bendito!
Llega la sentencia en su concha
marina
¡Bebed del agua, hasta ahogarte!
O pon tu cabeza bajo la guillotina.
Ivette Mendoza