Nombrado ejercito de diamantes
regresó a la cautela de mi origen,
no hay azar, solo amor mi almirante.
no hay azar, solo amor mi almirante.
Cuenta Ud. con una buena mística,
cuenta Ud. con un ejército de cosas
que van sonámbulos o brillantes.
El orgullo queda atrás por ir
cantando,
por la elegancia de mostrar la
frente en alto
repitiendo la oración del santo, santo,
repitiendo la oración del santo, santo,
un jinete desleal defendiendo su
alcurnia
con palabras impuras, realidad
sombría.
Su relato yo la escribía, papel y tinta
Su relato yo la escribía, papel y tinta
con los hilos del tiempo
cuando en aquel momento
desde su balbuceo solo sílabas repetía.
Gira, gira el espejo hasta besarte
en la frente sin gastar energía en
la mente
mil siglos de proeza y atributos,
en la profecía de Eneas era leal el más
bruto.
Ivette Mendoza