Poemas Abstractos, Poesías, Poeta Nicaraguense Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz), Nicaragua, Managua América Central, sacuanjoche, Poemas Contemporaneos, Poemas
sábado, 30 de enero de 2021
Hasta que te adjetives, tengo derroche de alegorías
Hasta que te adjetives, tengo derroche de alegorías en una
viernes, 29 de enero de 2021
Al mono del linaje rotación celeste de avestruz
Al mono del linaje
rotación celeste de avestruz
encharcada
piedra de metal al novísimo de la especie
ampara y
amamanta dando piruetas en el cosmos
¡Pobre
manglar!, dientes de rosas enredadas
como
cimiento de la muerte al plástico sentido
como
magíster y diplomado tintinando, ritmos ancestrales,
como
presuroso triunfo del destino y palíndromo
con las
malas palabras de los arpones fríos
cosmogonía láctica,
campánulas rosáceas son
cosmos de
cuchillos en babaza y relámpagos como
cuando
filosas calumnias apolillan lava y emboscadas
atacan lecho
de aves en un lustro diluido en estrellas
dejo caer
sobre el amor mamífero sus gotas y
el silencio
me espera, revolotea, salta y sueña
intemperie
de lluvia carmín también psicóticas
sofisticado
enclaustro de pestañas asesinas
etiqueta del
desamparo del cuello quemado de abrazo
huevo ovárico
entretejido de alambres dopados.
Ivette Mendoza Fajardo
Extraer el corrosivo dolor crepuscular
Extraer el corrosivo dolor crepuscular
el saludable
símbolo del ensueño y péndulo maniatado
el correr, milimétrico
y labios velludos,
repercute en
capturado y terrorífico...
degrada y
extrae,
cuántica redondeada
y caricia perfil,
amante costoso
rostro de felino llaga...
el orbe también
hervidero,
minutos
sobre pendiente con lamentación.
En marcha
mácula crujiente, nebulosa y aterradora…
con las uñas
carcomidas
de almas
jotas y suelto en mandíbula de rabia,
indestructible
ladra, transfigura y esquema a son.
Los hexágonos claroscuros de referencia orbital
y la luz insólita de sierpe monocromatizada...
megatón de
base con madreselva de cabeza,
altiva, rencorosa,
coeficiente y firmamento,
en ir
surcando de centímetros en hielo y de tierra a cielo,
el bronceado
meteoro, cada pugna, mugre
encalada y piernas
de abetos,
ensambladas,
lisiadas en su hombría moribunda,
yerra pico geométrico
y fulgura el azúcar
esa azúcar metálica de seda
venas del
alfa eternas y omega terrenal...
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 26 de enero de 2021
Deseo cúprico ataviado de alfanje lechuza
Deseo cúprico
ataviado de alfanje lechuza, etiqueta de vanidad
amorfa como cuando los ciclos de mercurio neperiano
oscilan, te sueñan, transfiguran con oscuridad ultra violeta.
Insobornables mitologías de los torrentes abaten tu honestidad
y en cada sucesión fría de cárceles o mítines de almas elocuentes,
degradan los reflejos silenciosos,
tan gradientes
tan frívolos atesorados erradamente,
de ocasos, de acero inoxidable, como cuando
la armadura blanquecina de Hefestos te casa
con el negro
pedestal apergaminado
y el poniente sacerdote susurra
sobre el sentido común de lienzo carnavalesco
mientras que la mano pachona con su nariz aquilina
y su corazón cuerudo nos llega a saldar la cuenta.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 24 de enero de 2021
Oscuros criptogramas de vestigios y soledades
Oscuros criptogramas
de vestigios y soledades
cual cósmica
aparición tras ecos difusos;
movimientos apiñados
de ladinos abejorros
con sus
aguijones siniestros pinchan el silencio del rictus;
ánima
sintiendo el ardor de mi luna aterciopelada y cristalina;
frondosidad enceguecedora
de falsas caligrafías
descubren
horizontes de escarchas luminosas y
ya dicen mucho y en su punto de ebullición nos sonríen;
derraman en
su afán cotidiano reflejos yertos y desmedidos con
mis noches cabalgando en un destello de ocaso en su paraíso.
Ivette Mendoza Fajardo
Y si puebla mañana un gobierno que sin luz vibra
Y si puebla
mañana un gobierno que sin luz vibra
con mis
horizontes atrozmente aburridos
tendré los
frutos de vino tinto al alcance
de mi soñar
que entrelazará la oscuridad
de mis alfas
y betas ideaciones hirsutas
que será mi último
verso al campanario vertical
donde proyecta
la fortuna de marcha leve al temblar
volviendo
sumamente perfeccionada al canto
de azul
candor que infinitamente junta nuestros cuerpos
conservarán
anillado espectro y oxigenado espasmo,
mientras
posan en mi balcón los pájaros corruptos
tocarán mi
alma por última vez la fiel pregunta
para
rememorar el temor de mis otoños sinápticos;
los llevaré
como un faro para alumbrar filosofía
con
encendida apoteosis que es como
gobernar con
juramentado sentimiento y
mas fácil desear
o ambicionar en torno a muchos hechos.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 23 de enero de 2021
Besos enrojecidos de pensamientos poliedros
Besos enrojecidos
de pensamientos poliedros
Suspiro espasmódico
suspiro insubstancial
Festín de
saltamontes festín idolátrico
Que sacuden
primaveras parchadas de promesas
Mares de
jade me inundan de júbilo
El vacío en
que me despierto cada noche,
Al son de estrellas
entreabiertas,
De pecados
pigmentados de dolor
Estación presuntuosa
en torrente escalonada,
Una profiláctica
caricia
A la espera
de soledad orgásmica.
Lamento tragado por la aurora, conservado al vapor
Al norte de
mi llanto en flor
Espuma monástica
que anhelante
Me arropa
hacia tus brazos blasfemos.
Ivette Mendoza Fajardo
lunes, 18 de enero de 2021
Anhelada exuberancia
Anhelada exuberancia,
como arcaicos céfiros convexos.
Nadie palpa
nuestro clamor regurgitado.
En los
troncos inertes, se empuñan los delfines hacia la mar
en un sórdido
desprecio se van erosionando sus deseos
rebotando gris,
cáliz de los horizontes.
Lamenta el
proyectil en su derrame psicotrópico a diario,
fresas de las
ideologías, resabios de una gaviota anfibia
prendida entre
las caobas del rencor, es
cubierta lapislázuli que disipa el azar, librada de golpear vapor
y natura de fiebre
entre las cuerdas de mi epidermis consternada.
Ivette Mendoza Fajardo
domingo, 17 de enero de 2021
Fragmentos de almas extraviadas
Fragmentos
de almas extraviadas de los cielos. Paraíso y averno
de infinitud
vampírica en la lontananza de los párpados, mientras
huelen a
eternidad sus mortajas de naftalina. Apenas las sonrisas
avivan su
color de carne ensayada . Cálculos de una serpiente
vanidosa ya
en el ahora reverenciado por tinieblas bocetos
de hechos
muertos como el misterio que disfruta del
insecto avariento
en el núcleo que lo hace girar y lo
engulle y es el brío
de tripas en clemencia tuerta mineral.
Miedo galvanizado
que se retuerce en torno al signo;
interrupción
de ojos círculos puntos manotazos.
Trama de la
noche vidente de la inusitada ocurrencia
que va del
abismo al corazón del légamo terciario o
de la amargura
y del ocaso a los infelices murciélagos
jinetes; como toda
panacea oculta en la mirada atropellada
donde suelo
inventar la inmóvil amargura a deshora
maquinal.
Ivette Mendoza Fajardo
viernes, 15 de enero de 2021
El letrero, impasible seducción
El letrero,
impasible seducción, alborotada parafina de
máquina
memorizada. Amarga hora desbordante,
congelada,
yendo más allá de su mismo embote en su
reburujante liberación
de un pronunciado estrago.
Endémica sátira
de quietud taimada debate ya fuera
de control, ronzal
o manía. Conmovida de que numerar
apenas “senos
plantígrados” o “encarcelada aurora”
desordena
tal hecatombe telarañosa. La robótica
sinuosa de
ese sonreír radical de los días. Incoherencia
premeditada,
grillete que siempre taladra, envuelto
en quietud intrínseca.
Unos aludes de mutantes
ideas, sin
motivo, necias y amontonadas
irreprimiblemente.
Ivette Mendoza Fajardo
jueves, 14 de enero de 2021
Saltimbanqui con su patronímico
Saltimbanqui
con su patronímico
se platican pestañas
sublimes
y volarán
suicidas, remedos
que seducen preclaros
las más estrafalarias
fantasías.
Sus codos suplicarán
al verme
¡Oh envuelve
nuestras almas!
En un cielo
de perdición
embotamiento
de la rusa lanza
no dejará de
paletear
su pomposo y
caliginoso arte
desde su Photoshop
utópico
y nosotros trotaremos
en un CD de
alaridos gangosos
que renunciarán
el demiurgo dueto.
Ivette Mendoza Fajardo
Puñado de estíos embelesan mi alcoba virtualmente
Puñado de estíos
embelesan mi alcoba virtualmente haciendo zoom.
Forestas atléticas
que agolpan por la desahogo de mis dedos
yerran mi algarabía
publicitaria por el pasillo próximo de tu néctar
Excel. Soy, neófita
del luto panda armiño. Photoshop del arbusto
universitario
es el frio que enreda un cojín calmoso en mi zozobra
sismográfica.
Somos diminutas estrellas escarchadas que se definen
con el rocío
de las horas; tan estalladas, que en medio de este
gran viaje
nos labramos brisa fingida. Una rivera dibujada nos
prorroga el
atardecer mortaja de sus días, otra, intangible, con su
luz revela
cuando las penumbras cantan boom, boom. Por la montaña
lumbre del
silencio ahora, veinte centígrados de mi perfil espera
el comienzo
del eje universal del lapicero. Un demarcado céfiro
va circundando
mi sonrisa teátrica en su manto sistematizado,
mientras
Saturno de bordados cisternas armoniza mi algarrobado nombre.
Ivette Mendoza Fajardo
Fantasmas hablantines que embriagan mi regazo
Fantasmas
hablantines que embriagan mi regazo despiertan
encarnados
en mi porvenir desmemoriado como insectos del pecado /
Sombras
elocuentes me sacrifican en la capa miocárdica del arcoíris /
Sed de coca
cola como hebra que se deshilacha siempre en la mente
por mullida
música ábrase en mi nombre / Incomprendida a manotazo
agua que
aminoro la intensidad de la noche percollada como aprendiz
del sueño
alcaraván / Es mi rostro la marcha del tranquilo cristalino
que pasean
la viudez del silencio acotado transversalmente
por las
rocas mariachis / Vericuetos de gatos dormidos conducen a la
oferta y
demanda preciados ojos de mundo apretado / Política de las
diademas
dormidas a papales del estanque burdo dilata la cerveza de
la angustia
internetizada / Piloto del sufrimiento fraterniza cáscara
de peces
humillados sumergidos en mi garganta como reloj roto de
sonrisas capilares /
Ivette Mendoza Fajardo
miércoles, 13 de enero de 2021
Rompiendo la diferencial de la vida
Rompiendo la
diferencial de la vida
silogismo estrecho
ennegrecido
entre
enigmas y razones bioclásticas
que se
esfuerzan por ser lágrima infinita
blandos
surcos de tristeza rumiante se destraban
por encontrar
la espesura animada
aun artificiosa
en el útero astral
del universo
frágil de la palabra vislumbrada
que vuelve y
se deshace en objeto impresionista
como hueco diluvial
sin redoble ni desenlace
pero que disipa
absolutamente
la magenta
mano del holográfico destierro
sin horadar,
sin rumorear su fiebre figurativa
de una
chispa gravitacional
que enciende
facciosamente
el primer
grito de una quimera
reflejada en
cuerpo y alma
absorbiendo
la inexactitud mecánica del tiempo
de un poema borgiano
al preservar mi corazón factorial en su
postergado
existir.
Ivette Mendoza Fajardo
martes, 5 de enero de 2021
Pupila de seda en la gruta del cabalgante
Pupila de
seda en la gruta del cabalgante.
Las horas se
desprenden en la llovizna del templo.
Hay que
tener urgencia neuronal con la hoja trocada
para rubricar el intervalo meridional del ornitorrinco.
He sido
mundo de profecía alguna vez contra esa
corola triturada en la ducha de las liebres.
El hambre
esconde su visceral desvelo
dentro de su estrofa
quemada de vírgenes sensatas.
Las rotaciones barrocas nacen de un propósito umbilical.
Hemos avanzado
hacia a los enjambres telúricos
divididos al
entorno, depurados por el ombligo
de la noche,
reteniendo la calma de la luz intrusa.
Ivette Mendoza Fajardo
sábado, 2 de enero de 2021
Cilíndricos sentimientos diminutos y tenaces
Cilíndricos
sentimientos diminutos y tenaces
suponen su alquimia
en calurosa monotonía
cultivando más
arcilla y más poder de su alarido simétrico
luego la
verdad bajo el universo interpolado de sierpes o
de milagros
inefables hacia el reflejo millonésimo audible
para un
grado centígrado del pájaro cautivo
en primaveral
desenvoltura manto rebosar
benignidad
mutante hacia el resplandor absoluto
después no
hay más que la esperma de la sombra
y aún cuando
pudiéramos hundir garabatos al unísono
o llevarnos
la alforja malgastada de ansiedades ¿Por qué?
porque es
justo tal vez que calle la voz de la embriaguez
descorazonada
hasta la oleada arruga que se extiende
cinco milímetros
desde un año luz
que virtud la
que le sigue a esta promesa de azafrán
que bulle el
deseo de sobrevivir en el orbe alocadamente
que al
impulsarse en su cuarta dimensión ofrece
su elástica energía
y su termostático recuerdo que se
inflama díscolo
y perturbador
talvez,
talvez como un ocaso ¡Eureka, Eureka! En
su larga
estampida neófita que va más allá del suspenso
díptero y la
emoción empírica
no hay más
falla, no hay ingrata revelación sólo
acordes parabrisas
y duetos espasmódicos del halcón.
Ivette Mendoza Fajardo
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