En la empírea estancia de la problematización
En la empírea estancia de la
problematización,
donde anochece glorificar el
elixir de los astros,
la balada de los mares, la
piedad del viento,
sabiendo que todo es más
profundo aún,
la sonora intuición, en
insaciable incógnita
por el binomio ensimismado de
las borrascas.
Ahora acontece la fantasía
calumniosa del reflejo
acorralando el mugido yerto
de un cero errático,
desafiando con cinco
volteretas de luna poseída
el corazón gangoso de las
bacinicas victimizadas,
achicando caracteres
deprimidos que podrían ser
la enunciación de todo azogue
huracanado
para alinearse en el fuego
agónico del frío numeral
y colocar un idioma
inexorable en el átomo del instinto.
Dame tus alas insolentes,
déjame abrazar el
estruendo de tu cuerpo.
Ivette Mendoza Fajardo