Oh arrecife de metáforas rupestres
¡Oh arrecife de metáforas
rupestres!
Flores de mi alma forrada de
espuma
Ojos de mieses y pistilos invertebrados
vacilando en signos de lengua erótica onagra
Es tu pecho un néctar de
delirios demagogos
Marcapaso de azabache en tus
sienes
Manos azuladas de álamo silvestre
Cenefa de aire tocante del
misterio tijereteado
Chaquiras talentudas de luna sinalefada quejumbrosa
Caligrafía de sol trastornado
por los mares fofos
Perla ataviada dibuja tus
labios de corales amanecidos
para columpiar hasta que la
noche
y una estrella nos azote de
júbilo confianzudo
Aterciopelada azucena de
mejillas sonrosadas
ilusionadas oscilantes en medialuna pigmea
como un gran buque petulante calandraca
Uñas avergonzadas de ciruelas indocumentadas
Marea de inocencia contra
aves ninfas
Ansiedad de madera de tigre
de limón rubicundo
Muralla de nostalgia y de
perversidad
Eres el viento negro de
iniquidad
Chispa de golondrina
dromedaria
Brizna herbaria de cabellos estrellados
Garrapata quisquillosa pujando
la eternidad
Amapola velluda castrada de
recuerdos
capaz de silenciar la noche empírea,
nuestras noches empíreas, mis noches empíreas
mis besos cibernéticos se
derrita
en tu aroma de sollozo colosal ideográfico.
Ivette Mendoza Fajardo