Levitan las palabras zonzamente
Levitan las palabras
zonzamente por doquier o
sobre el manto del relámpago
monárquico.
Achica la piedra sacra, se estrella
contra la
bruma del cráneo ovíparamente
en el brillo de la luna
absorta carburante.
Se contorsiona el látigo de
la sombra eterna
dilapidando la calma huraña y
macabra.
A lo lejos, un árbol de
garrotazos femeninos
disfraza su infancia de
montañas acalambradas,
se inmola sin misericordia y sin vacilación
contra el adiós de la
mansedumbre.
Sólo las monedas derrotadas
permanecen
acunando designios sordos
horrorosamente.
En barrotes escarpados de
crisoles tuertos,
la noche estéril suelta sus
cuchillas afligidas,
las caderas reciben la
ordenación de los astros,
en cabello sideral encogido
de truenos mujeriegos
tiemblan los trigales verdes de tus ojos dúctiles.
Ivette Mendoza Fajardo