Sigue el rumiante oro de la noche estrellada
Sigue el rumiante oro de la noche
estrellada,
tras polvo y sombras, con ilusión alada.
Un alma desdentada susurra bajo frío
candor,
nacida para rumorar, en rocío y sin temor.
Ante ojos panda, la inocencia aguarda,
y el clamor, valiente, su sentencia labra.
¿No brilla el dolor, fuego que al astro
roza,
y en soflamas redime, la efusión más
fogosa?
Hade en horizontes, tiritante mirada lanza,
en simas se yergue, semidiosa que no se
cansa.
Párpado rojo sangra, misterio en piedra
escrito,
idea que, en el sigilo, ha hallado su
infinito.
Bajo el centelleo sideral de la noche ida,
tu cuerpo, tu esencia, divina, a la tierra
convida.
Follow the ruminant
gold of the starry night
Follow the ruminant
gold of the starry night,
behind dust and
shadows, with winged delight.
A toothless soul
whispers under a candid chill,
born to murmur, in
dew, without fear or illness.
Before the panda's
eyes, innocence does wait,
and the brave outcry
carves its own fate.
Does not pain shine, a
fire grazing the star,
in flames redeems, the
most fervent afar?
Hades on horizons, a
trembling gaze it throws,
in abysses, it rises,
a demigoddess that never slows.
A red eyelid bleeds
mystery on pebble penned,
an idea in stealth,
has found its infinite end.
Under the stellar
twinkle of the night gone by,
your body, your
essence, divine, to earth does sigh.
Ivette Mendoza Fajardo