Dialoga un refugio, con esta área sombría
Dialoga un refugio, con esta área sombría,
donde chorrea tumbas el suceso vespertino.
Las chispas que del agua saltan como el
destino,
son como dagas de plata en un río bravío.
El estímulo entona, burla de mi unánime desvarío,
¿Son epopeyas las que deforman mi canto ingenuo?
Por la sangre que vierte la intuición sin
espinas,
por las apariencias que encumbran en tus agudezas
finas.
Revienta entre ellas un siglo, sensaciones orientales,
el nidal vigila al hijo de los gorgojeos,
con su otoño de plata en dinamismos milenarios.
¿Ante qué fuego simplísimo era la carroza
entumida?
El mamarracho inquiere al miedo herido,
se desenvuelve en las tonadas de chimeneas bondadosas,
de un ardor soñado, de honorables peces
cojos,
donde los océanos nunca son agonizantes.
Ningún alma se filosofa propiamente dicha
sin cadena,
ni piedra migratoria sin sus misterios.
El aliento acuarelado es el viento del
tormento sin la
esperanza viva y prieta.
Asemeja elevarse, cual batalla astronómica
amena,
quizá palanca enferma, en este mundo eterno
y abandonado.
A dialogue ensues,
within this shadowed space
A dialogue ensues,
within this shadowed space,
where tombs drip tales
of the evening's grace.
The sparks that from
the water leap as if by fate,
are like silver
daggers in a fierce river's state.
The muse sings,
mocking my unanimous dismay,
Are these epics that
distort my naive lay?
For the blood that the
intuition spills sans thorn,
for the facades that
soar in your keen adorn.
A century bursts amid
them, sensations of the east,
the nest keeps watch
over the chirp's feast,
with its silver autumn
in age-old dynamics' feast.
Before which
simplistic fire was the numbed chariot placed?
The absurdity
questions the wounded dread,
it unravels in
melodies of kind-hearted flues,
of a passion dreamt,
of honorable limping shrews,
where oceans are never
in the throes of death.
No soul truly
philosophizes without a chain,
nor migratory stone
without its mysteries.
The water-colored
breath is the wind of pain,
bereft of lively,
tight-knit glee.
It seems to rise, like
an astronomical fight so free,
perhaps a sickly
lever, in this world forever and desolate.
Ivette Mendoza Fajardo