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martes, 6 de febrero de 2018

Crepúsculos nicaragüenses

Crepúsculos nicaragüenses de sacuanjoches
largos días, melodías de azul y blanco
todo respira victoria: guardabarranco.
Como anhelados, inspiran al poeta las noches.
Con toda certeza ventura contra su desventura.
Dulces crepúsculos de amor, verso y suspiro,
de la tierra del madroño, la tierra hermosa,
Darío (el poeta), en letras de soles te miro,  
bajo la marcha triunfal y victoriosa.
Ivette Mendoza

Y sin entretener nada

Y sin entretener nada
excepto la suavidad eterna de los labios.
Suavidad cuando en silencio, revela el vuelo misterioso,
asciende a un nuevo mundo, intuye memorias.
Es lo dicho o contradicho.
La palabra desciende al carmesí de los labios,
idea rumorosa.
Estremecido llanto entretenido.
También la suavidad, acaso es exploración
que va y viene, que se revela con las bocas,
se ocultan a través del velo,
sube vibrando, al beso; a la mirada
se pintan, se imaginan, se salivan
se juntan con las puntas de las lenguas.
Se juntan con las puntas de los dedos.
Gárgaras gárgolas en consonantes.
Una boca contra otra
Gárgaras gárgolas en vocales
Una mirada contra otra
con extática singladura
rumbo al misterio.
Ivette Mendoza



lunes, 5 de febrero de 2018

A las sílabas del ave-sudario

A las sílabas del ave-sudario: 
probable van en procesión,
?Cuántas sílabas dramatizas, 
cu
ántas producen su arrebol?, 
Sílabas que delineas, sílabas
que suman, sílabas que restan  
y silabean tu nombre al sol
A las sílabas del ave-sudario
Una se me parecía a ti y al
el verbo que las pronuncias
 
también porque yo las sacudía,
 
como t
ú, silenciosas sílabas.
A las sílabas del ave-sudario. 
Una a una desaparecería
 
abecedario abracadabra
 
una magia puesta en ti
 
Mayúscula y minúscula
deletreando va mi suerte
a conquistar al ave-sudario.

Ivette Mendoza


domingo, 4 de febrero de 2018

La lengua salida, los pies helados

La lengua salida, los pies helados  
el vestido de campana,
la lechuza que cruza de rama en rama
y ya no la veo,
Señor Quevedo, la espada la lleva candente
y como derrengado de la mente se ríe de
la reina, su reino y su gente.
Comediante bochorno. Pesado de bromas.
Yo como cabra loca todo se me alborota.
Picante bocadillo, Ud. Quevedo con su
chilito piquín me recuerda a un calcetín.
En mi medio locura, veo una lucha entre lo
vulgar y los ojos del señor Toledo. Me ve,
me desviste, le da miedo, tembló y tembló,
derramó su vino más sabroso y se hizo
el viejo baboso.
¿Por qué me pregunta Quevedo si a mi
me gustó?
Es que celos le dio del señor Toledo que
que con su mirada vulgar mi ciclo
menstrual en su vino, vino de amor se
detuvo y se embriagó.
!Ay es coja la reina!
y el vino la moja.
El pícaro sabe que al ver mis estrellas,
se pone a gozar aun en cama de acero,
¡Ah creced fruto del viñedo!
¡Bebed el vino del cáliz bendito!
Ivette Mendoza


Necedad de zapatos apretados

Necedad de zapatos apretados
poner los pies sobre la tierra
y tragarnos la tristeza
hacer sonar la voz del deseo
en el largo y ancho mar de Perseo.
Encontrar la horma de tus zapatos
en la búsqueda inaplazable sed de justicia,
hay algo en tus labios, un gris de serpiente
hay algo en tu labios, un círculo convergente.
Un apólogo escapa del capullo de tu alma,
encomio en azogue, caletre de tonto,
cacumen de pantera, crucifixión en la
cumbre sangrienta, azote y tormenta.
Andrómeda remeda las siete cabritas;
Píndaro las llama las siete cabronas
y en el verdor de su memoria galopante
las deja panzonas.
¡Ah necedad de zapatos apretados!,
me hundo en su victoria
chicoleo, chicoleo, chascarrillo
salpicado de luz se clava el verso en la cruz.
Analizo la preñez de la siete cabritas
las siete cabronas,
sus vientres solares endurecidos,
sus voces lloronas.
Ivette Mendoza

viernes, 2 de febrero de 2018

En la dual armonía

En la dual armonía
aglutinando universos infinitos,
la NASA mide tu razón y la mía
y resucita en su horizonte de sucesos.
Mientras nuestros cuerpos
se aproximan a su punto de origen,
estrellas y galaxias,
van girando hacia nuestra presencia.
El verbo hecho ya antes,
somos y no nos encontramos aquí,
te amo, más no soy yo quien te ama
existo solo en tu idea
siendo así uña y carne
gravita el amor
con el beso más puro
y deshojamos
la rosa de luz
con nuestras manos.
Ivette Mendoza



martes, 30 de enero de 2018

Cuajada cuajarón

Cuajada cuajarón pura clara, tortilla y rebanada,
cuajó ponzoña de rodilla que nunca iba a cuajar
sin rendición Platón siempre deja la pasión cuajada.
Cuenca de culebrilla según el texto a cuentagotas,
derrumbado de corazón rudo filamento va a entierro 
y al duelo fin del velo y a la escapatoria de la Noria.
Ivette Mendoza

viernes, 26 de enero de 2018

Si tanta reminiscencia aún aguarda,

Si tanta reminiscencia aún aguarda,
cómo subvertir  las cabezas,
someter patrañasarañas              
o hacer un nudo en la garganta 
por morigerar gramático y melopea.
Toda semilla es como sílaba flexible,
que quiere salir a luz,
fuerza de ti, implacable
indulgencia suspendida,
himenhontanar-truenohiedra
que hisopea los frutos,
que sembró sin agua-tierra,
depone y propone gazuza celada.            
Ese empíreo universo que imputa
el fondo del enigma
ruega por mí                    
circuir el circulo pedregoso
que habrá de expandirse
al sacrificio
que contiene con un eje atado
al corazón,
a pesar del ruido
da vuelta con toda destreza.
Ivette Mendoza



jueves, 25 de enero de 2018

Mi sueño columpiándose

Mi sueño columpiándose en tus sueños,
tu mirada pensativa analizándolo todo,
el silencio de la noche sobre tu cuerpo,
la espina lacerante en tu alma,
la montaña llena de hojas muertas
la fría y eterna mañana,
las fresas infinitas,
los caminos solitarios
la rosa de los vientos
nuestros corazones buscándose.
Ivette Mendoza

martes, 23 de enero de 2018

Paracelso y dramático

Paracelso y dramático culminan
así yo veo lo cómico de mi ruina,
a Poseidón y Morfeo y los demás,
los más feos. Se llama tumba corazón.
Soy un piojo acaso, soy el nunca jamás,
soy el ojo de Heráclito que era el clítoris
del ocaso y tanto me calumnia por
lo excitada y colosal en cuerpo entero
y en bikini en el Velero.
¡Auxilio!, Pericles, pues yo en el exilio     
entre tus mejillas y un popsicle, escalofrío,               
más arriba de mi rodillas.
Ivette  Mendoza

lunes, 22 de enero de 2018

Entre la lluvia

Entre la lluvia que te cae y te limpia
se van viejas remembranzas
escondidas con llaves en polvosos baúles
donde corazones se han cerrado
y donde tu mirada es fría y vacía               
y yacen solo:
bejucos,             
oscuridad y lágrima,
melodía,             
sal y miel.
Melancólico cofre
del anhelo.                    
Ivette Mendoza

lunes, 15 de enero de 2018

Diabética colmena

Diabética colmena de besos tiovivos
Alma de fresa y rompecieloclaroscuro
Te amo bambino de bambalina y lienzoamarillo
toda idea debe nacer y somos nacimiento
nacaradaperladelamor nos besamos
tantotanto casilloro en la infancia afrodisíaca
niña Lollilollipop muestra tu dulzura
que los labios no sean el agobiotierrraluz
no nos satisface la rabiáticacibernética.
Nomás, tres alaspixeles al desfallecer,  Tomás.
Ivette Mendoza

Malabares yugulares

Malabares yugulares
al centro de lo absurdo,
la cuerda en su Do
desliza sus ojos dactilares
donde tiene ese unitario tacto
para imaginar
el tiempo desmemoriado
en la acción de contorsionar,
doble magnetizada
amamanta la eternidad
para exhibirse hacia el anonimato.
¡Juan, Juan, luz, mar y función!
De los sueños de lluvia
malabares yugulares,
van por la novena contorsión.
Ivettte Mendoza



martes, 9 de enero de 2018

Zigzaguea en medio de la calle

Zigzaguea en medio de la calle.
Zigzaguea la anaconda en su ronda,
paciente,
Respira el rocío de níspero y de beodo
con los ojos más culpables que la culpa.
Amasijo sus idea bajo el torso.
Deja de reír, pequeño espíritu.
Deja que el vapor se propague por Islandia.
No hay noches en que velar al leopardo,
el zorro es el único valeroso parecido,
guardan mañas pre-oxigenadas.
Recuerda que los gatos salvaron
lo ya arañado
en el cartucho cucurucho transfigurado.
Deja de reír,
la risa solo mata, matador de carcajada
y ya no puedes apostar a la puesta del sol.
Ándele, ándele pequeño cartujo cara ajada
y sumarás los días de las pirañas catadoras de vino.
Y no queda más remedio que volver a la edad
de la ebriedad
y venerar a Baco
convertirse igual que el celibato
y el vino, vino  a dar lo mismo,
y comió fritanga, yuca y boniato
y descansó en mi nuca.
Tanga, tango, oro y fango.
Ivette Mendoza

sábado, 6 de enero de 2018

Yo soy el agua dulce del rio

Yo soy el agua dulce del rio.
El agua del cántaro derramada.
El agua que humedece las piedras.
El agua que apacigua tu angustia.
que suplica ,
que perdona.
El agua translucida sobre tus sentidos
que da claridad a tu espíritu
que palpita
que sueña.
Yo soy el agua dulce del rio
que hidrata
que acaricia
que embelesa.
El agua bendita
que azota los males
que limpia.
Yo soy el agua dulce del rio.
Ivette Mendoza

viernes, 5 de enero de 2018

La flor en mi cabello

La flor en mi cabello
abierta a la vida
la flor de mi ilusión
las flores en mis entrañas
las flores en tu sienes
las flores del ocaso.
Tu sonrisa en flor
la flor de mi jardín
las flores en las flores
la flor de tu sufrimiento
tu tercer ojo abierto en flor
la flor floreciente
en el florero de cristal
de una casa señorial
la deshojada flor
las flores, las flores
que aroman todo corazón.
Ivette Mendoza

jueves, 28 de diciembre de 2017

Razón y sentimiento

Cielo y tierra.
Razón y sentimiento penetrando el día.
Mesonero en vanagloria
acepta galardón de voces.
Terruño quiere tragarlo todo.
Casamiento. Beldad elogiada.
Mi corazón pierde su brillo
mientras el tuyo se deleita
y se encarcela en su prótesis.
Sobre el camino del conejo
pasa la inmortal burbuja del galgo.
Siesta de matacanes
bajo su alta nota musical.
Maravedí morriñoso
teclea y teclea, larga letanía.
Hoy no se fía y mañana
llego riéndome.
Azafrán, azafrán
amanece descansando.
El fin se vuelve vergonzoso.
El rechinar del nogal
obliga al diablo a rebuznar.
Tupida mezquindad rompe mi paciencia.
La agonía de la bestia
se atraganta en la garganta apocalíptica
y encuentra los higos del alfa.
Los otoños del becerro
siguen diciendo
cielo y tierra.
Cielo y querubín.
Ivette Mendoza

Aleluya, aleluya

Aleluya, aleluya, espero tu llegada
y tiembla de rumor mi alma pura.
Revive esta llama que intenta
ungir mis labios en el beso sagrado
ante la serenidad de tu mirada.
Eyacula mi corazón de corazoncitos,
ambiguo quebranto de llanto proscrito
a la oquedad divina. Emoción emociona.
Venus dale conocimiento al axioma        
contra el valle constelado toditito.
Ivette Mendoza

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Ah, lánguido perfil de la vida

Ah, lánguido perfil de la vida.
El latir del alma en ti acaba,
por esta niebla gris y cohibida
o en la perfección, enajenada.

Este perfil en que en celda habita,
es sin duda, de incierto beneficio.
Solo luz, céfiro que al paso implora
con alas de pájaros ansiosos levita.

Deleite para mi alma estremecida,
para quedarme sola y cohibida
sin desviar la realidad de cada hora.

Perfil de la vida de blancas alas, 
alza vuelo en las buenas y las malas
y para acabar con todo, el mundo llora.
Ivette Mendoza

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Un mar. Harmonía

¡Un mar. Harmonía, ángel, desvarío!
despacio en el espacio de lo exasperado,
cataléptico titán tallado. Torpe en el frio.
Entre un absorto frescor allí, herido.
           
Tan larga tu primavera de lo evidente
como la forma génesis de la no materia, 

breve escalofrío del tiempo, clarividente
por la confusa figura, tan seria.

Cielos nublados, lluvia en la roca:
disuelto mundo, descansa la infancia
por el beso fugaz, o por la ira en su boca.

Ágil en su cetro rubí es moca la roca.
Deslumbradora de mares convalecientes
por la ilusoria realidad orando devotamente.
Ivette Mendoza

miércoles, 6 de diciembre de 2017

La melodía existencial

El sol abrasa la melodía existencial,
estrella que se enciende y aprende
en una nada sin espacio ni tiempo.
Palabra que reconforta
las horas, el arcoíris y el silencio.
De pronto se oye una voz
en la cima de la llamarada
y luego otras más,
con el espíritu yerto,
y el día cambia
de ocaso a consciencia.
Ivette Mendoza