El ritmo trazador del número gigantesco
El ritmo trazador del número gigantesco,
diurno y tremebundo
por topografías tan sutiles que ya tuercen
el tono griego del
tórax rivalizado
ilustra mis sienes minuciosamente, roba su
ritualismo
como investigativas arterias.
Allí los especulativos espejos y los
diagramas de luna y computaciones
comulgantes
inmutablemente comulgan la compostura del
trueno, allí lo incombustible
de la marquesina difunta
palmea la palestra del oropel al colorido
esternón, al pernil de su
pertinaz lámpara.
¡Tonalidad que para mí repercute! ¿Acaso no
escuchamos la voz
insistente de Hércules, cargando el peso
del cielo en sus hombros?
El ritmo trazador del número es un
Infranqueable reflujo tan desacertado,
es un camarote cabizbajo tan ausente y
antedicho que rebalsa la angustia,
que desabriga mi gentileza incoherente y
manicorta de un
pernicioso manjar divino.
Otra vez esos retazos homicidas
vengando utopías incautas…
¿Quién dijo que en calma quedara la llama
de la foresta?
Escapemos del temor, de celajes rumiantes,
por la opinión quimérica glorificamos esta
hoguera temerosa de cronometraje en serie;
hilaridad del léxico del garrapatear
campestre
y si nos hela el valor
en la mitad del camino llevadero
al borde de esa murmuración precipitada
¡Oh perpetuidad del ser!
Camina descalzo, el siglo sustancioso y
pueril,
!Vamos de la mano, violácea alborada!
The rhythm tracing the
gigantic number
The rhythm tracing the
gigantic number, diurnal and tremendous,
through topographies
so subtle they already twist the Greek tone of
the rivaling thorax
meticulously
illustrates my temples, steals their ritualism
like investigative
arteries.
There, the speculative
mirrors and the diagrams of the moon and computing
communicants
invariably commune the
composure of the thunder, there the incombustible
of the defunct marquee
slaps the arena of
tinsel on the colorful sternum, on the ham of its
persistent lamp.
The tone that
reverberates for me!
Do we not hear the
insistent voice
of Hercules, bearing
the weight of the sky on his shoulders?
The rhythm of tracing
the number is an
Infrangible reflux is so
misguided,
it's a downcast cabin
so absent and
aforementioned that it
overflows with anguish,
that it strips away my
incoherent and
short-handed
gentleness from a
pernicious divine
feast.
Again, those homicidal
scraps
avenging incautious
utopias...
Who said that the
flame of the forest would remain calm?
Let's escape from
fear, from ruminating skies,
by the chimerical
opinion, we glorify this
timid bonfire of
serial timing
Hilarity of the
lexicon of rural scrawling
and if our courage
freezes
in the middle of the
bearable road
at the edge of that
precipitated murmuring
Oh, perpetuity of
being!
Walk barefoot, the
substantial and puerile century
let's go hand in hand,
violet dawn.
Ivette Mendoza Fajardo