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lunes, 6 de mayo de 2024

El ritmo trazador del número gigantesco

 

El ritmo trazador del número gigantesco, diurno y tremebundo
por topografías tan sutiles que ya tuercen el tono griego del
tórax rivalizado
ilustra mis sienes minuciosamente, roba su ritualismo
como investigativas arterias.
Allí los especulativos espejos y los diagramas de luna y computaciones
comulgantes
inmutablemente comulgan la compostura del trueno, allí lo incombustible
de la marquesina difunta
palmea la palestra del oropel al colorido esternón, al pernil de su
pertinaz lámpara.
¡Tonalidad que para mí repercute! ¿Acaso no escuchamos la voz
insistente de Hércules, cargando el peso del cielo en sus hombros?
El ritmo trazador del número es un
Infranqueable reflujo tan desacertado,
es un camarote cabizbajo tan ausente y antedicho que rebalsa la angustia,
que desabriga mi gentileza incoherente y manicorta de un
pernicioso manjar divino.
Otra vez esos retazos homicidas
vengando utopías incautas…
¿Quién dijo que en calma quedara la llama de la foresta?
Escapemos del temor, de celajes rumiantes,
por la opinión quimérica glorificamos esta
hoguera temerosa de cronometraje en serie;
hilaridad del léxico del garrapatear campestre
y si nos hela el valor
en la mitad del camino llevadero
al borde de esa murmuración precipitada
¡Oh perpetuidad del ser!
Camina descalzo, el siglo sustancioso y pueril,
!Vamos de la mano, violácea alborada!
 
 
The rhythm tracing the gigantic number
 
The rhythm tracing the gigantic number, diurnal and tremendous,
through topographies so subtle they already twist the Greek tone of
the rivaling thorax
meticulously illustrates my temples, steals their ritualism
like investigative arteries.
There, the speculative mirrors and the diagrams of the moon and computing
communicants
invariably commune the composure of the thunder, there the incombustible
of the defunct marquee
slaps the arena of tinsel on the colorful sternum, on the ham of its
persistent lamp.
The tone that reverberates for me!
Do we not hear the insistent voice
of Hercules, bearing the weight of the sky on his shoulders?
The rhythm of tracing the number is an
Infrangible reflux is so misguided,
it's a downcast cabin so absent and
aforementioned that it overflows with anguish,
that it strips away my incoherent and
short-handed gentleness from a
pernicious divine feast.
Again, those homicidal scraps
avenging incautious utopias...
Who said that the flame of the forest would remain calm?
Let's escape from fear, from ruminating skies,
by the chimerical opinion, we glorify this
timid bonfire of serial timing
Hilarity of the lexicon of rural scrawling
and if our courage freezes
in the middle of the bearable road
at the edge of that precipitated murmuring
Oh, perpetuity of being!
Walk barefoot, the substantial and puerile century
let's go hand in hand, violet dawn.
Ivette Mendoza Fajardo